Un apagón en el Hospital General de Huauchinango y la supuesta negligencia de un médico cobró la vida de Yazmín Cerón, una mujer que tenía un respirador artificial que estaba superando la Covid-19 y con el que se mantenía con vida.
“Debido a un apagón, el respirador de mi hermana presentó un problema el cual comenzó a subir la temperatura de oxígeno que se le suministraba a mi hermana, mi cuñado se dio cuenta rápidamente, e informó a las enfermeras (SIC)”, narra el hermano de la víctima en Facebook.
Yenaro Ramírez acusó que el doctor responsable no acudió al llamado de auxilio a tiempo porque estaba “platicando” y él tuvo que ir directamente por el médico, quien al llegar no supo “cómo ajustar la temperatura al respirador”.
Segundo después, “decidió apagarlo, pero al tratar de reiniciarlo no prendió, y no pudo restablecerlo, en cuanto esto pasaba, no hizo nada, poco a poco su oxigenación bajaba, y mi cuñado sugirió que trajeran un tanque de oxígeno provisional para mantener a mi hermana oxigenando y evitar el paro cardíaco(SIC)”.
La publicación da cuenta que el médico se negó a autorizar la petición con el argumento de que podía restablecerlo, pero fue demasiado tarde y la paciente murió de un paro cardíaco.
La mujer oxigena a 86 y se encontraba en proceso de recuperación tras contagiarse de Covid-19, explicó Yenaro Ramírez, al indignarse que existan doctores en el Hospital General de Huauchinango que no están capacitados y que actúen sin saber las consecuencias que su profesión conlleva.
“No culpo a nadie, pero me gustaría que este hospital se diera cuenta que no se trata de tener muchos pacientes y descudir a todos, si no de tener los necesarios y cuidar a todos por igual y darles toda la atención posible (SIC)”, expresó.
Pidió que el hospital se dé cuenta que la atención es mala, pero que se puede mejorar.