Bastó un diablito en la obra pictórica de la artista gráfica Jeanette Calvario formada en el Instituto de Artes Visuales del Estado de Puebla para que fuera objeto de censura en Xochitlán de Vicente Suárez, haciendo de lado el trabajo de artistas poblanos y veracruzanos que formaron parte de la brigada de arte comunitario "Talimakatsikinan nakú", que en español significa "Creando con el corazón", quienes realizaron el mural que contiene parte de la identidad cultural de Zozocolco de Hidalgo, en la sierra veracruzana y de población totonaca.
De acuerdo con las fuentes, la censura fue encabezada por el presidente municipal, el panista Faustino Velásquez Ramiro, a petición del párroco Eudedato Durán Viveros, quien usó la celebración de la santa misa para acusar que “el diablito” era la causa de los actos violentos ocurridos en ese municipio, aun cuando esa obra se había convertido en testimonio de la identidad celebrada en las fiestas del 29 de septiembre, día del santo patrono San Miguel.
Aún con el trabajo que llevó dos meses, entre agosto y septiembre de 2018, la censura llegó a tal grado que las autoridades decidieron borrar el diablito del mural.
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Así es como se echó abajo esa iniciativa que buscaba la vinculación y cohesión social que analice las problemáticas que se viven en esa comunidad, buscaban la revalorización de la cultura y crear una visión estética externa que represente –a los visitantes y turistas– el bagaje y sabiduría ancestral de este pueblo y, por último, preservar y salvaguardar este patrimonio importante que se encuentra en el sureste del país y que da identidad. Ahora, los activistas buscan cómo restaurar amas obras en las que participan manos indígenas y voluntarios de Puebla y Veracruz.