San Felipe Teotlalcingo, Pue. A través de redes sociales confirman la realización de la 71 edición del Simulacro de la Batalla del 5 de Mayo en Teotlalcingo, tras dos años de haberse cancelado por la contingencia sanitaria del Covid 19, sin embargo, hasta el momento el gobierno municipal no ha dado conocer detalle alguno sobre dicha tradición, pero ha generado algarabía entre los batallones participantes.
Y es a través de las redes sociales de San Felipe que se han dado a conocer por los batallones las bandas de música a participar y acompañar durante el desfile y simulacro, hecho que ha despertado el entusiasmo de los danzantes y de la propia ciudadanía que gusta de esta tradición poblana.
De acuerdo a los textos literarios de Alma Delia Flores Delgado, Cronista Municipal de Teotlalcingo, fue el 5 de mayo de 1951, hace 71 años, fecha en que un grupo de ciudadanos pidió permiso a las autoridades municipales de San Felipe para ocupar la Plaza Ignacio Zaragoza, nombrada así el 11 de abril de 1894, en honor a la victoria de los mexicanos contra los franceses en la batalla de Puebla.
Desde entonces el simulacro de la batalla del 5 de mayo ha tenido una creciente participación de danzantes años tras año y una aceptación en los habitantes de Teotlalcingo y comunidades aledañas, que en el año 2013, es cuando se registraron 2 mil participantes divididos en 20 batallones, cifra récord para la comunidad, y hace seis años (2017) participaron solo 15 batallones.
De acuerdo al programa que se realiza cada 5 de mayo, la actividad inicia a las seis de la mañana, se iza bandera en la presidencia municipal, a las nueve de la mañana, se reúnen en la plaza las autoridades municipales y civiles, escuelas y batallones para realizar el desfile conmemorativo, recorriendo las principales calles de la comunidad, con sus coloridos estandartes, banderines y panderos, al final se escuchan las bandas de viento y estruendo de mosquetes de los batallones.
Al finalizar el desfile en el zócalo, inicia la representación de la batalla del 5 de mayo, quienes bailan al ritmo de la música de una a varias bandas, y poco a poco se van retirando para ir a comer en casa de los encargados de cada batallón y al término de la comida regresan a bailar a la plaza Zaragoza, para que a las seis de la tarde, se procede a arriar la bandera, con los honores correspondientes, frente a las autoridades y jugadores, lo que da fin a la festividad.