Para el sacerdote de San Agustín, la parroquia donde el pasado domingo un niño recibió un severo golpe en la cabeza con una piedra de ese templo, tirada por una manta, fue una “imprudencia” el permitir colocar esa pesada tela en un extremo de una de las fachadas.
Es más, el propio Fray Horacio Gómez Guadarrama lanzó, durante una entrevista, una pregunta: “No sé quién permitió colocar la lona en la iglesia ¿Quién dio el permiso?”.
Casi una semana después del percance el cual mantiene al menor de 11 años entre la vida y la muerte en un hospital de la capital poblana, el clérigo insistió en un detalle: “no era necesaria esa manta. No hacía calor. Y nadie estaba exigiendo su colocación”.
Cuestionado sobre quién entonces supervisó la instalación, para la fiesta de Santa Cecilia, de esa pieza cuadrada de más de 15 kilos de peso, asumió contundentemente: “los permisos quedaron entregados por la autoridad municipal. La iglesia permitió hacer, como cada año, la celebración. Pero los organizadores son otras personas”.
El sacerdote lamentó los hechos donde el padre y el chico resultaron lesionados y criticó la serie de “versiones falsas difundidas en las redes sociales sobre una presunta responsabilidad de ellos en el accidente”.
Y la muestra, soslayó, de su “preocupación es que desde hace mucho tiempo solicitamos al Ayuntamiento el retiro del grupo de vendedores ambulantes ubicados en los alrededores de las entradas de la iglesia. Siguen ahí, en el mismo lugar donde cayeron las piedras”.
De acuerdo con información confirmada, el padre y el chico involucrados en el siniestro del domingo caminaban por esa zona rumbo al mercado municipal Benito Juárez que está a escasos 50 metros del lote de esa iglesia construida en el siglo XVI.
EL HECHO
Los hechos ocurrieron el domingo pasado poco después de las 16:30 horas cuando un grupo de personas intentó quitar una lona colgada en esa área para los festejos del día del músico llevados a cabo el viernes.
“El incidente se ocasionó debido a que una lona, al parecer con mucho peso, quedó vencida y varias piedras cayeron sobre el niño y su padre” quienes caminaban por el sitio con rumbo al mercado, dijeron las fuentes.
Testigos refieren que el pequeño de edad requería de atención inmediata ya que parte del cráneo tenía hundimientos y el dolor lógicamente era insoportable.
Responsables de Protección Civil y los cuerpos de socorro llegaron a la zona de la iglesia, sobre avenida Independencia y en pleno centro de la mancha urbana, para auxiliar a los heridos y acordonar ese espacio.
Cabe recordar que un niño de 11 años de edad con lesiones severas en la cabeza y su padre de 45 años, con golpes en diferentes partes del cuerpo. El menor tuvo que ser hospitalizado y trasladado a la ciudad de Puebla.
El templo de San Agustín apenas abrió sus puertas tras una serie de remodelación estructurales por el sismo del pasado 19 de septiembre del 2017.