El inmueble de la Biblioteca Municipal Benito Juárez, una de las dependencias más activas del Ayuntamiento, quedó convertido en la manzana de la discordia en los últimos días, producto de una serie de versiones públicas sobre la presunta desaparición de esa dependencia y la utilización de ese espacio para una franquicia privada.
Sin embargo, mientras el edil Guillermo Velázquez Gutiérrez salió a fijar una postura para “evitar más confusiones”, en la práctica desde el viernes pasado dos empleados de la propia biblioteca fueron removidos a otras dependencias para evitar despidos y liquidaciones.
COMIENZO
La biblioteca Benito Juárez llegó a su actual sitio, en las antiguas instalaciones del ferrocarril, hace más de una década una vez abandonada su primera sede en un salón en la parte baja de la Presidencia Municipal. Es usada en su mayoría por niños que consultan bibliografías y asisten por decenas en el curso de verano. Sin olvidar a los adultos mayores cuyas historias de reivindicación en materia tecnológica no tienen pierde: aprenden desde encender una computadora hasta manejar un móvil como “millennials”.
Desde diciembre de 2018 comenzó a circular la idea de un proyecto de reubicación para convertirla en parte del museo del Ferrocarril, y de paso, abrir la posibilidad de la franquicia Punta del Cielo.
Desde diciembre varias voces anticiparon dos cosas: la viabilidad de sacar de ese sitio una biblioteca viva para llevarla al antiguo edificio del ex Hospital San Juan de Dios, y dos: la comprobación del dinamismo de socializar, de parte de las autoridades locales, proyectos en zonas consideradas como intocables por un sector de atlixquences. Para muestra, el famoso Barrio Smart, cuya llegada despertó demonios sociales de protesta y argumentación sobre el destino lugares capaces de marcar la identidad de Atlixco.
En días recientes, y especialmente en Facebook, a través de cuentas falsas un tema comenzó a convertirse en una bola de nieve, impulsada por los enemigos políticos de la Comuna y por la lentitud para responder de manera oficial: la idea de desaparecer la biblioteca para concretar negocios personales de algunos funcionarios locales. Entre éstos, la llegada de la franquicia referida.
Varios días después, cuando esa versión comenzó a convertirse en algo irreversible, el director de Turismo, Cultura y Tradiciones, Miguel Cordero, explicó: “Totalmente falso que se quiera colocar algún Punta del Cielo. Tras la publicación en redes sociales donde se hace referencia a que el inmueble donde se encuentra la biblioteca se va a concesionar a particulares para convertirlo en un café destacamos:
Esta administración no cuenta con solicitud o trámite alguno ante la Dirección de Desarrollo Urbano del proyecto al que hacen referencia, por lo que negamos este rumor”.
Agregó: “es importante mencionar que este espacio se tiene cedido en comodato por Ferrocarriles Mexicanos, por lo que no podemos autorizar o realizar obra de ningún tipo al carecer del título de propiedad. Es dicha dependencia federal quien puede autorizar o hacer uso del inmueble”.
DETALLE
De acuerdo con fuentes oficiales consultadas, existe un antecedente interesante sobre el inmueble: “A principios de siglo XX ferrocarriles realizó un convenio con la familia Maurer de utilizar terrenos de su propiedad para la estación y el patio de maniobras. A cambio ellos (Maurer) tendrían el servicio hasta el interior del Molino de San Mateo”.
Y ese convenio concluiría, subrayó la persona entrevistada, cuando el espacio dejara de ser utilizado por ferrocarriles y se retiraran las vías. “Y entonces regresaría a sus dueños originales. Por esa razón la familia Maurer son los duelos de esos terrenos, con la estación incluida”.
Poco después, citó la fuente, Ferrocarriles hizo un comodato con el Ayuntamiento del entonces presidente Felipe Velázquez para utilizar el derecho de vía y la antigua estación. “Es decir, en cuanto a la custodia del inmueble, la tiene el Ayuntamiento, pero no la propiedad”.
Consultado sobre la reubicación este fin de semana de dos trabajadores de la biblioteca, considerado como un primer paso para el desmantelamiento de ese sitio, el alcalde Guillermo Velázquez admitió es consecuencia de una serie de ajuste administrativos.
Sobre el futuro de la propia biblioteca sostuvo: “estamos analizando el proyecto de instalar un museo de sitio en esa área propiedad de ferrocarriles. Pero de ninguna manera una cafetería. Y ese espacio (biblioteca) quedaría con mayor espacio en el antiguo edificio del hospital San Juan de Dios. Esto último es una realidad”.