Izúcar de Matamoros, Pue.- Como parte del simulacro de evacuación con el hipotético cambio en el Semáforo de Alerta Volcánica, cerca de 700 habitantes de dos comunidades cercanas al volcán Popocatépetl, arribaron durante la mañana del miércoles al Centro Escolar Presidente Lázaro Cárdenas (CEPLC) y al polideportivo Gilberto Bosques de Izúcar de Matamoros, los cuales fueron adaptados como refugios temporales.
El comisariado Fernando Antonio Estrellas Aguirre, director operativo adscrito a Protección Civil del Estado, mencionó que los pobladores tardaron cerca de una hora con 40 minutos desde su salida de Tochimilco hasta llegar a los refugios en Izúcar, mientras que eran coordinados por autoridades de los tres niveles de gobierno y con la participación de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Protección Civil del Estado.
Mencionó que tan solo en el Centro Escolar ingresaron alrededor de 400 personas y una minoría con discapacidad, así como estudiantes, amas de casa, decentes y funcionarios públicos. Todos en primera instancia fueron atendidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado y del Sistema Estatal DIF, primer módulo en donde se registraron.
Como segundo y último paso fue canalizar sus condiciones, es decir, la gente de la tercera edad, así como personas con discapacidad se ubicaron en las aulas de la primera planta, mientras que el resto de los participantes tomaron segundo y tercer nivel del edificio, toda vez que el plantel cuenta con cerca de 15 salones habilitados para el resguardo.
“Esta magna actividad se seguirá realizando no solo en este municipio, sino que, en distintas zonas del volcán, además de otros fenómenos naturales, en donde pueda ocurrir una continencia mayor, sin embargo, Izúcar de Matamoros es una de las zonas más seguras ante una contingencia volcánica”, puntualizó.
Aseguró que el objetivo de estos protocolos de alojamiento es con el fin de probar la capacidad de respuesta de las instituciones públicas, privadas y de la población, que permita evaluar y retroalimentar los planes de acción ante un fenómeno de origen geológico, además de medir los tiempos precisos y ser anotaciones más detalladas.