Los tres niveles de gobierno iniciaron una campaña de reforestación en el cerro de Juan Galindo afectado por los incendios de junio. La meta es sembrar 4,000 árboles en cuatro hectáreas de las más de 80 que resultaron dañadas.
Se trata de una campaña en la que el gobierno del estado donó aproximadamente 2,500 árboles, algunos nativos de la zona y otros que serán introducidos debido a su especie. Otros árboles fueron donados por algunas instituciones educativas.
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El director del área natural protegida Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa, Elimelec Anzures Vázquez, explicó que los incendios forestales que afectaron las faldas del cerro de Necaxa, o Necaxaltepetl, exacerbaron los daños causados por las sequías de los últimos cuatro años, siendo este último año el más severo debido a los incendios.
Informó que la Secretaría del Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial del estado fue la que donó los 2,500 árboles para ser plantados, y añadió que es una buena época para hacerlo, ya que prevalece la temporada de lluvias.
Por su parte, el alcalde de Juan Galindo, Maximino Muñoz Vázquez, explicó que esta acción es el resultado de la colaboración entre los distintos niveles de gobierno. Durante el inicio de la campaña, participará personal municipal, federal, de la Junta Auxiliar de Necaxaltepetl y federal. Los árboles donados serán sembrados casi en su totalidad por empleados municipales de las distintas áreas.
Los terrenos donde se sembrarán los árboles son de propiedad federal, comunal y, en algunos casos, privada, aunque se cuenta con el consentimiento para proceder con la reforestación.
Los incendios:
Durante el periodo de incendios, que se concentraron en las faldas del cerro, se logró detener a un hombre que fue acusado de ser el presunto responsable de provocar el fuego intencionalmente en el bosque. Sin embargo, según versiones oficiales, fue liberado porque no se encontraron evidencias suficientes para imputarle responsabilidades.
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Durante los primeros cinco días de junio, en pleno ambiente electoral, los incendios aparecieron de manera intermitente y luego se volvieron constantes.
Para apagar el fuego en Necaxaltepetl, se unieron varias instituciones y niveles de gobierno, así como voluntarios de Xicotepec, Huauchinango y Juan Galindo. Sin embargo, mientras los activistas extinguían las llamas, los focos amarillos se reactivaban o surgían en otros puntos una vez que se retiraban de la zona afectada.