Filiberto Mora López y Margarita Muñoz Coatl, una pareja que defiende la cultura y tradiciones de Cuetzalan, recibieron el respaldo de decenas de poblanos y la propuesta de diálogo de Arturo Hernández Hernández, sacerdote de la Iglesia de Santiago Apóstol, ubicada en la junta auxiliar de Santiago Yancuitlalpan, para restituir la Danza de los Voladores y otras tradicionales en el templo.
Luego de que ambos denunciaron públicamente en El Sol de Puebla que el anterior sacerdote, Armando Romero Hernández, emprendió una remodelación del templo que derivó en la remoción del palo con el que se realizaba la típica Danza los Voladores, cambios en las festividades, colocación de mármol y la remoción de una pintura y una viga apreciadas en la comunidad, agregaron que muchos ciudadanos se han sumado a su causa, pues ya no son solo los 88 que solicitaron por escrito la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sino muchos más.
“Han sido varios más, algunos que son de aquí (Santiago Yancuitlalpan) pero están en Puebla (capital) y hasta otros que están en Michoacán”, subrayó doña Margarita.
Además, resaltó, el padre Arturo Hernández Hernández, quien es preciso aclarar que no es el responsable de la exclusión de las danzas tradicionales ni de la remoción de una pintura y la viga con una inscripción religiosa que data del año 1857, se ofreció a dialogar con ellos para tratar la restitución de sus danzas y celebraciones tradicionales en la iglesia.
Ambos reconocieron la apertura del sacerdote para presentarse con ellos y valorar la posibilidad de que el palo para la Danza de los Voladores, típica de la región, pueda reinstalarse, aunque aclararon que aún no es un hecho.
En este sentido don Filiberto y doña Margarita expresaron su disposición al diálogo con el padre Hernández Hernández, su agradecimiento con los poblanos que se han sumado a su causa y añadieron que prepararán una propuesta para lograr que la iglesia pueda volver a ser sede de sus danzas y celebraciones típicas.
No obstante, aclararon, hasta el momento no se ha suspendido el proyecto impulsado por el padre Romero Hernánde -y costeado por la gente- para el cambio de azulejo por mármol en el piso de casi toda la iglesia.