Pobladores de la junta auxiliar de Tlancualpican, perteneciente al municipio de Chiautla de Tapia, se armaron de valor para sepultar a un muerto en un predio en disputa por la familia Sánchez Espinosa. La decisión la tomaron porque el panteón original se encuentra a su máxima capacidad.
De acuerdo con el testimonio de los pobladores, dieron a conocer que este problema se ha venido posponiendo desde pasadas administraciones, y es que hace unos meses, el panteón auxiliar de Tlancualpican, ha llegado a su límite, poniendo en riesgo la salud de las familias, toda vez que al desenterrar a los que ocupan un espacio entierran otros, por lo que desprenden olores fétidos, lo que podría generar un foco de infección.
Los afectados declararon que desde el año de 1960 existe un terreno que es del mismo pueblo y que en una asamblea se acordó utilizarlo para un nuevo panteón, aunque éste es reclamado por la familia Sánchez Espinosa, a pesar de que no hay ningún documento que acredite que, efectivamente, la propiedad sea de la familia.
Todo esto derivó en que la mañana de este jueves, un grupo de lugareños, se armaron de valor para acudir al lugar y sepultar a una persona, a pesar de que fueron amedrentados con el pretexto de la llegada de la Guardia Nacional, granaderos y todo aquella autoridad que no les permitiera el acceso para realizar la dicha actividad.
Sin embargo, solo se presentó el alcalde, Juan Domínguez Espinoza, quien trató de tener una comunicación con los habitantes, además de que puso como pretexto la aglomeración para “reinauguran el lugar” como panteón sin ninguna legalidad, por lo que los ciudadanos pidieron que se buscará regularizar dicho terreno.
“Nuestra petición para el alcalde, es que nos otorgue una licencia por la Secretaría de Salud del estado, para que el lugar tenga ya un fin único, un camposanto”, detalló un habitante que pidió anonimato.
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