A un año del asesinato del edil Manuel Hernández Pasión su liderazgo sigue presente en la memoria de sus correligionarios de Antorcha Campesina, quienes lo recuerdan por su gusto por la poesía, el huapango y hasta la oratoria. Este primer aniversario luctuoso casi coincide con el final de la administración que encabezó, ya que habría entregado el poder el próximo 15 de octubre.
Como presuntos responsables de su muerte fueron detenidos Cristian N. y Pablo Daniel N., mediante un operativo coordinado entre autoridades de Puebla y Estado de México en un domicilio de Chalco. Los acusados fueron identificados como primo y sobrino del presidente municipal de Zacapoaxtla, Guillermo Lobato Toral.
EL ASESINATO
Alrededor de las 16:40 horas del martes 10 de octubre de 2017, la noticia comenzó a difundirse en la región sin tener claridad de lo ocurrido. Inicialmente se había manejado que su escolta estaba herido y que el alcalde iba acompañado de su esposa, quien se decía había sido también lesionada. Horas más tarde se confirmó la muerte de Hernández Pasión y de su escolta, un policía municipal vestido de civil, quien quedó en la batea de la camioneta blanca, de la marca Nissan, tipo Titán, con placas del Estado de México. Se desmintió la versión sobre su esposa.
Hoy se sabe que los hechos ocurrieron en el kilómetro 9+00 de la carretera Zacapoaxtla-Cuetzalan, muy cercana a la desviación de Huahuaxtla, perteneciente al municipio de Xochitlán de Vicente Suárez.
De acuerdo con lo informado por las autoridades, el munícipe viajaba de Zacapoaxtla hacia Huitzilan. En algún punto dos vehículos le cerraron el paso y comenzaron a dispararle. El alcalde antorchista intentó huir y esquivar a los vehículos y los disparos. Trató de poner en reversa a su camioneta, aunque la maniobra estaba implicando tiempo y empezaba a sentirse acorralado. Su vehículo quedó atravesado, sobre la zanja lateral de la carretera.
Decidió bajar de la camioneta y escapar hacia el monte. Aparentemente, los maleantes lo persiguieron y unos metros después el edil se desplomó, víctima de los disparos, quedando su cuerpo tendido en el pasto, muy cercano a una zona boscosa y a unos 100 o 200 metros de su camioneta. Al parecer, primero fue herido en el tórax, lo que dificultó su escape y facilitando que los asesinos le dieran alcance para darle el tiro de gracia.
Los autores materiales del asesinato dejaron en la escena un vehículo tipo Jetta, de color blanco, con placas del estado de Puebla. Momentos después llegaron elementos policiacos y paramédicos del Sistema de Urgencias Médico Avanzadas (SUMA), en la ambulancia 197, de la unidad ubicada en Zacapoaxtla, sin que pudieran hacer nada, el alcalde y su escolta habían fallecido.
Aunque no se conoce el motivo del crimen, hasta donde se sabe, el alcalde recibió –al menos– un disparo en la cabeza y, extraoficialmente se sabe que habría recibido otro más en el tórax; iba vestido con un pantalón de mezclilla color azul y una camisa de manga larga. En la espera de la agencia de ministerio público, su cuerpo fue cubierto con una cobija.
Su escolta falleció víctima de los disparos que recibió en el tórax, su cadáver en la batea de color negro quedó. En el lugar fueron encontrados casquillos percutidos de rifles R15 y de pistolas 9 milímetros. Ambos cadáveres tuvieron que esperar poco más de cuatro horas para ser levantados. Ambos cuerpos fueron trasladados al anfiteatro de Zacapoaxtla para que se le realice la necropsia de ley.
Según información extraoficial, fue poco después de las 22 horas cuando los peritos arribaron a la zona. Una vez perpetrado el crimen, se supo que el alcalde ya había recibido amenazas, por lo que se hacía acompañar de patrullas, aunque en esta ocasión solamente eligió hacerse acompañar de un guarura, sin que se sepa la razón por la que cambió su costumbre de hacerse acompañar de dos o tres escoltas.
LO DESPIDEN MÁS DE 40 MIL ANTORCHISTAS
Al grito de "justicia", y "¡Manuel, en el pueblo vivirás eternamente", una cantidad incontable de antorchistas despidieron, la tarde del viernes, al alcalde Manuel Hernández Pasión con un conjunto de actividades que se llevaron desde la mañana y hasta la tarde de aquel 13 de octubre de 2017.
Desde muy temprano, las calles de este municipio se tiñeron de banderas rojas por las cantidades incontables de antorchistas que se dieron cita en la procesión que salió de su casa y se dirigió al auditorio municipal, donde momentos después, sería llevado a la celebración de cuerpo presente y que le daría al último adiós, en el panteón municipal.
El humo de un sahumerio negro abrió paso al cortejo fúnebre. A pocos metros, los familiares cargaron una cruz de madera que dio paso a un contingente que cargaba el ataúd de color cedro que se perdía entre los paraguas, las banderas rojas y la larga fila de seres humanos, las cuentas dicen que eran más de 40 mil las almas que se encontraban ahí. Las oficiales dicen que son 50 mil, de todos los rincones del país.
"Exigimos justicia", era el clamor. El auditorio estaba repleto y los mariachis le dieron un toque de nostalgia.
LÍDER NATO PARA CAUSAS SOCIALES
Eran muchos los intereses del alcalde asesinado de Huitzilan, Manuel Hernández Pasión, incluyendo la filosofía y las noticias. Hablaba náhuatl y español. Desde muy joven mostró interés por las causas sociales, fue miembro de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), así como docente y director del Bachillerato Margarita Morán Véliz y la Escuela Normal Superior “Clara Z. Córdova Morán”.
Durante su primer año de administración logró una inversión histórica de 275 millones de pesos y la construcción del hospital, con una inversión de 52 millones.
También construyó la unidad deportiva Aquiles Córdova Morán, así como la rehabilitación del tramo San Miguel del Progreso-El Paraíso y El Paraíso-Huitzilan.