AHUACATLÁN, Pue.- Se cumplen 151 años de la defensaheroica de la plaza de este municipio, ante el ejércitoinvasor, protagonizada por indígenas de la región al mando delcoronel Ignacio Sosa Santos, en una batalla en laque los compatriotas resultaron vencedores y de la que hoysolamente se conmemora con un desfile por las principales calles dela cabecera.
LA HEROICA DEFENSA
16 de julio de 1865 – apenas 30 años antesde que fuera declarado municipio independiente – mientras Tetelade Ocampo vivía su propia batalla, la columna militar austriacacomenzaba sus agresiones en la zona. La plaza de Ahuacatlán estabaocupada por tropas republicanas – estimadas en 200 efectivos –al mando del coronel Ignacio Sosa. Al caer la tarde de ese día lasfuerzas imperiales hicieron notar su presencia con 700 hombres almando del jefe austriaco de apellido Kusroc.
De acuerdo algunas cronistas, la primerabatalla ocurrió en las cumbres deNepopualco, cuyo punto estaba resguardado por laprimera compañía del batallón de Zacatlán, al mando delcapitán Miguel Martínez. Eran las 17:30 horas. Aproximadamenteuna hora después, los republicanos perdieron esta primera batalla,se escuchó el toque de retirada y el plan era esperar losrefuerzos.
A las cuatro de la madrugada del 17 de julio sedio la señal de arranque de la defensa de la plaza, con toda lafuerza y a discreción. La estrategia fue: tres columnas de ataque,la primera – según la crónica de Lucía Sosa – formada por lalegión de honor, al mando del comandante GabrielSosa, la segunda fue por el flanco izquierdo y la formabala compañía de Ahuacatlán, comandada por elcapitán Mariano Pérez, mientras que la terceraiba por el flanco derecho, formada por la compañía mixta delbatallón de Zacatlán, al mando del tenienteManuel García. Con la legión de honor tambiéniba un piquete de la caballería comandada por el coronelAntonio Pérez.
Citando la misma crónica, poco antes de las seis de la mañanay preparando el ataque, la columna del centro había avanzado hastallegar a Cuanalá, donde estaba situada lacampaña de Ahuacatlán, en conjunto con la del capitánMiguel Martínez. Cuidando la retaguardia tambiénlograron el retroceso de los invasores que iban con rumbo aLaxaxalpan, lo que hizo que los húngaros y lostraidores de Chignahuapan, Otlatlán yAtexcoco.
El resto de los combatientes avanzó con rumbo a San FranciscoIxquihuacán, por el camino real, hasta llegar al pueblo ytrasladándose al templo donde se trabo un combate que dejó sieteenemigos muertos, dos republicanos fallecidos y cuatro heridos.
Los invasores llegaron hasta Ahuacatlán,tomaron posesión del templo y desde ahí se defendieron de losrepublicanos. El coronel Ignacio Sosa montó su estrategia formandodos columnas, uno atacando por la izquierda y otro por el frente.Así logró abatir al enemigo y desalojarlo de las bóvedas deltemplo, aproximadamente a las 15 horas de ese mismo día.
Así es como surgieron nombres como Delfino Sosa, Antonio Díaz,José María Vázquez Santos y otros que asaltaron estas bóvedas,sirviéndose de escaleras de madera y desde la ventana de la medianaranja atacaron al enemigo, que – tras abandonar las torres –fue reducido al interior del templo donde estaba el coro y elcurato contiguo, así es como los soldados de laRepública lograron apoderarse de este punto.
Poco más de una hora después, los republicanos incendiaron lapuerta del templo y una columna enemiga, a cargo del jefeaustriaco, rompió la línea por el zaguán de lado surdel curato y tomó el camino que lleva a Tepetzintla.Kusroc fue herido a unas calles de ahí y fuecuando decidió rendirse. La mayoría de los traidores logróescaparse, aunque fueron capturados por el desconocimiento quetenían del terreno.
El saldo dejó 47 enemigos fallecidos, 37 heridos y 48prisioneros: 45 húngaros y tres mexicanos. Los vencidosentregaron sus armas. Kusroc y el capitán traidor – José de laLuz Álvarez – fueron fusilados. No se ha podido determinar elnúmero de muertos que hubo por la parte de los republicanos, sólose tiene la precisión de que fueron 12 los heridos.