En los próximos días, y como muestra de la tensión imperante entre algunas familias de la unidad habitacional Infonavit, algunos de los vecinos colocarán en la parte frontal de edificios dañados por el sismo un par de mantas:
La primera de ellas llevará una frase: “aquí sí pagan”. Y será una especie de trofeo o reconocimiento a los “cumplidos”. Y la otra resultará más contundente: “aquí no pagan”. Entonces el reproche público dejará al descubierto las diferencias entre los lugareños por la reconstrucción de los inmuebles dañados estructuralmente aquel 19 de septiembre.
“Ya quedó claro: cada uno tiene la responsabilidad o el derecho de hacer o colocar esos anuncios motivados por su enojo. Es normal, quieren reparar sus casas, pero la irresponsabilidad del otro no permite hacerlo”, afirmó Ernesto, un taxista quien lleva más de medio año esperando una respuesta.
-¿Y por qué están enojados?, cuestionó este reportero.
-¡Algunas familias se gastaron el dinero, y eso está confirmado, del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) en el enganche de su coche, y no en reparar sus casas y ayudar, a través del fideicomiso integrado, al resto de vecinos!, soltó entre enojada y frustrada Ana Lilia Castillo Hernández, presidente de la Asociación Civil Colonos de la Unidad Habitacional Infonavit.
Caminar por algunos de los largos pasillos de ese espacio ubicado en el norte de la ciudad, y en donde viven más de 7 mil personas, es suficiente para constatarlo: “está en obra negra el Infonavit”. Ciertamente algunos inmuebles ya listos, pero otros están totalmente igual desde ese martes 19 de Septiembre.
Deshabitados, solos, con arena y cemento tirado en el suelo, con problemas entre familias de un mismo edificio y por si fuera poco, “a merced de los candidatos en tiempos electorales”, definió uno de los entrevistados quien pidió el anonimato.
La queja y advertencia de Castillo es clara y contundente: “Son los de la Tercera Sección quienes tienen severos problemas hasta el siguiente grado: comenzarán a recibir una serie de notificaciones de la Sindicatura local y el Jurídico del Ayuntamiento porque de plano violaron la ley”.
-¿Qué hicieron?
-Gastarse el dinero del Fondo de Desastres Naturales en el enganche de un automóvil y no en reparar sus viviendas, sentenció la mujer. Y el resultado es muy malo: las reparaciones del resto de los edificios está detenida.
Hasta la fecha, agregó Castillo, sólo 40 de los 60 edificios dañados por el sismo del 19 de septiembre están intervenidos. “En los 20 restantes no es posible avanzar por las condiciones señaladas. Es lógico que muchos nos exijan una respuesta, pero ya no depende de nosotros”.