"Sentí que ya estaba en las últimas": migrante poblano de 70 años de edad que vence al Covid-19

Su grupo de mariachi ha llevado serenata a médicos que atienden a pacientes con esta enfermedad

Alan A. Luis Diego | El Sol de Puebla

  · martes 5 de mayo de 2020

Foto: Álvaro Jr.

Álvaro Paulino lleva toda una vida en Brooklyn, Estados Unidos. Nacido en Axocopan, pueblo cercano a Atlixco, Puebla, hace casi cinco décadas decidió migrar para buscar el sueño americano y lo logró, hasta que el pasado 24 de marzo contrajo Covid-19, enfermedad que por poco apaga su luz.

Su familia sabe que en medio de la batalla se necesita dar vitalidad a quienes están en la guerra y, muy al estilo mexicano, el grupo de mariachis que encabeza el hijo de Álvaro ha llevado serenata a diversos hospitales en apoyo a los médicos que atienden pacientes con coronavirus.

El Mariachi Tapatío fue fundado por Álvaro Paulino en los ochenta, su pasión por la música ranchera y como buen fan de Vicente Fernández, Lola Beltrán, Miguel Aceves Mejía, Lucha Villa, y muchos más, lo llevó a difundir en la gran manzana este ritmo característico de México.

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LE DIAGNOSTICARON COVID-19 PERO NO REQUIRIÓ HOSPITALIZACIÓN

A sus 70 años de edad, Álvaro narró que una noche comenzó a sentirse mal, su hijo, Álvaro Junior, nacido allá, lo llevó al hospital más cercano, donde le diagnosticaron neumonía, después regresó a casa, pero los síntomas no pararon. Ya en su hogar recibió una llamada de su médico y le dijeron que se unía a la lista negra de enfermos de coronavirus.

“El 24 de marzo estábamos cenando aquí con la familia y tenía yo como cuatro días con gripa, un poco de escalofríos, calentura y dolor de cuerpo, cuando vio mi familia que no estaba bien me llevaron al hospital porque no estaba mejorando”, dijo Álvaro en entrevista telefónica con El Sol de Puebla.

Su víacrucis comenzó esa noche al ser ingresado a Urgencias, donde le aplicaron tres sueros, le tomaron radiografías a sus pulmones, exámenes de sangre para que, al final, el diagnóstico fuera neumonía. No obstante, le hicieron la prueba de Covid-19 y el resultado vino una semana después.

“Me dijeron que me fuera a la casa y me recetaron antibióticos por tres días solamente. Llegué a la casa, pero los síntomas eran más fuertes: perdí el apetito (…) Al viernes siguiente me hablan del hospital y me dicen que sí era positivo. Yo ya no regresé al hospital, estuve todo el tiempo en casa porque si volvía podía infectarme más. Se podía empeorar la cosa”

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El poblano comentó que, afortunadamente, los síntomas fueron disminuyendo poco a poco hasta la tercera semana. Álvaro dice que no fue necesario que lo internaran porque él “estaba bien del aire”, es decir, podía respirar de manera normal, un cuadro leve que presentan los enfermos de este virus. “Solo me dijeron que guardara reposo”.

Reveló que mantuvo contacto con personal médico, quien le dijo que si a la tercera semana los síntomas habían desaparecido, había sorteado al temible coronavirus.

“Él me dijo (el doctor) pasando de tres semanas si usted ya se siente bien, usted ya no tiene nada”.

Aunque su historia fue de éxito, cuando le informaron que estaba contagiado su ánimo decayó.

“Sinceramente me espanté. Sentí que ya estaba en las últimas. Les avisé a mis familiares y les dije que ya estaba en las últimas. Me sentí mal, muy mal, la verdad, pero gracias a dios lo pasé y lo superé, y, ahora, me siento muy bien”.

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EN 1953 DECIDIÓ VIAJAR A ESTADOS UNIDOS

Con 48 años viviendo en Estados Unidos, más de la mitad de su vida, Álvaro recuerda que a los 22 años decidió ingresar al país vecino para buscar lo que todos quieren: una vida mejor.

“En esa época (1973), aquí encontrabas mucho trabajo y pues ya hice toda una vida aquí”.

Recordó que primero viajó de manera legal, luego regresó a México para tratar de seguir una nueva vida con sus ahorros, pero al ver que la situación laboral y el salario no eran buenos, tuvo que regresar a Estados Unidos, aunque, esta vez, de manera ilegal.

“Bueno... ahora ya soy ciudadano americano, ya está todo bien”.

Aunque de joven estaba inmerso en el mundo de la música como mariachi, en sus inicios en el vecino país del norte no pudo seguir con este sueño. Sin embargo, ahora, de la mano de su hijo, tiene una agrupación de la cual, ya se puede vivir.

“Aquí no me dedicaba de mariachi porque en ese tiempo no había trabajo. Trabajaba yo en fábrica, en restaurantes. De mariachi ya fue últimamente, ya que uno se puede mantener de eso”.

Después de haber sufrido los estragos del Covid-19, Mariachi Tapatío, fundado por Don Álvaro, ha llevado serenatas a personal médico de diferentes hospitales a manera de homenaje por su labor.

El Mariachi Tapatío fue fundado en los ochenta por Don Álvaro, pero, hace unos años, ha tomado gran fuerza de la mano de su hijo, Álvaro Junior. Juntos han llevado este concepto musical por varias ciudades de Estados Unidos, donde ya es posible obtener dinero de esta profesión sin ser mal vistos.

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