Robos, falta de servicios públicos como la recolección de basura, mantenimiento de áreas urbanas, abandono de casas y desde luego la ausencia de seguridad pública son algunas de las consecuencias de vivir en algunos de los más de 40 fraccionamientos no municipalizados, según datos oficiales, en Atlixco. Y la única manera de corregir esa situación es por dos vías: un tortuoso y largo proceso de regularización, de aproximadamente cinco años, o poner en marcha una organización vecinal ejemplar.
HOMEX
Al sur de la mancha urbana de Atlixco fue construido desde hace 12 años el fraccionamiento conocido como Homex. Un amplio lote de más de 5 mil casas de diferentes tamaños, precios y ubicaciones. Hace una década, Angélica Rosales adquirió uno de los departamentos pequeños ahí, en el área de precios más bajos.
“En el papel sería todo un éxito. Sin embargo, el primer problema fue la poca venta de los predios. Desapareció la compañía constructora y llegamos a enterarnos que no hubo municipalización al no cumplir ésta con los requisitos del Ayuntamiento. Y desde ahí comenzó la odisea”, recordó.
Al no ser ocupadas en la mayoría, las casas en esa parte de Homex, quienes ya habían comprado padecieron, por ejemplo, robos de tinacos de agua, de la herrería de las ventanas y hasta de los calentadores de agua. “Una tierra de nadie: nadie vivía, nadie quería rentar y las cosas desapareciendo”, recordó.
Y cuándo una familia decidió ocupar ese sitio de una recámara, un baño y una cocina, brincaron más conflictos, atizó Rosales: “estaba muy oscuro el fraccionamiento, los robos eran de autopartes y de aparatos electrodomésticos. Los cuartos vacíos eran guaridas de maleantes o de grupos de paracaidistas. Los ocupantes dejaron de rentar de manera rápida”.
Las cosas cambiaron poco a poco hace un lustro, rescató la entrevistada, por las rentas baratas y la expansión poblacional de Atlixco. “Entones se llenó hasta en un 70 por ciento esa parte del fraccionamiento, y muchos de ellos de Atlixco o dueños. Así primero organizaron comités vecinales bajo la idea de cambiar las condiciones del lugar”, apuntó.
Hoy en Homex existe vigilancia pagada por los propios lugareños, pactaron con el gobierno local la llegada de los camiones de basura, las patrullas de la policía local hacen rondines, aumentó considerablemente la ocupación de predios y dejó de ser un sitio peligroso y desértico.
“Sumamos ya casi dos años rentando a la misma familia, cuando únicamente estaban ahí máximo por seis meses a consecuencia de la desolación. Nadie quiere llevar a sus hijos a un lugar con esas características”, finalizó Angélica.
PLANTEAN REDENSIFICACIÓN
El Colegio de Arquitectos, capítulo Atlixco (CAPAC), recomendó que el crecimiento de la ciudad debe quedar plasmando correctamente en las tareas de actualización del Plan Municipal de Desarrollo Urbano (PMDU) llevadas a cabo en las últimas semanas por el Ayuntamiento, y orientarse hacia espacios con infraestructura, con el fin de evitar daños a las zonas agrícolas.
Norma Solís Tepepa, presidenta del organismo destacó que “en el plano de zonificación primaria propuesto, y de acuerdo a las áreas de los diferentes usos de suelo, para la zona de crecimiento de Atlixco, las autoridades consideran el 12.6 por ciento del territorio local, equivalente a 4 mil 390 hectáreas. Una propuesta muy por encima de diagnóstico de la Comuna en cuanto a las necesidades de este lugar”, añadió la arquitecta de profesión.
En ese sentido, explicó, “sería mejor concentrarse en los vacíos urbanos y fomentar la redensificación en zonas donde ya exista la infraestructura o la factibilidad para la urbanización y evitar la expansión de la mancha urbana hacia las zonas agrícolas. Además, es preocupante a simple vista un aspecto: sólo los límites oriente y poniente de Atlixco resulten áreas naturales protegidas, la restauración ecológica es mínima, la agropecuaria disminuyó de forma drástica y el crecimiento urbano inexplicablemente se haya potencializado”.
Solís insistió en el documento enviado al gobierno local: “Se observa en la propuesta del PMDU un amplio crecimiento inmobiliario y nuevas altas densidades sin considerar las restricciones del paso del gasoducto Morelos, los desbordamientos e invasiones en barrancas y las parcelas ejidales convertidas en predios irregulares propensos a ventas fraudulentas”.
Finalmente, los expertos en el tema del PMDU dieron a conocer la actualización de ese esquema, a cargo de una empresa privada, tendrá el costo de casi un millón y medio de pesos.