El acontecimiento que un día sorprendió hoy representa una preocupación para los pobladores de Santa María Zacatepec. El 29 de mayo del 2021, en esta comunidad de Puebla, la tierra se abrió para dar origen a un socavón, fenómeno natural que hoy ya no es un atractivo, debido a que está convirtiéndose en un foco de infección. La nutrida presencia de insectos habitando en sus alrededores y el agua que alberga en tonalidad verde y con sargazo es el nuevo aspecto de este sitio.
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Desde el gran foso que mide 132 metros de diámetro en su eje mayor, 129 en el eje menor y tiene una profundidad de 50 metros, Nelly, representante de las Guardianas del Frente de Pueblos Unidos en Defensa del Agua y la Tierra, así como campesinos de la zona, por separado, alertan de varios cambios en el ambiente que han tenido lugar a raíz de su existencia.
El más visible es la aparición de moscos en coloración blanca, especie de la que desconocen detalles, pero que ya se mezcla con la tradicional, aquella, que, a su decir, es de tinte oscurecido.
Admiten que aun cuando su agua no desprende malos olores, su tonalidad verde debe verse como una advertencia, ante posibles estancamientos en su fondo.
Consultado sobre el tema, el académico investigador de la Universidad Iberoamericana Puebla, Jerónimo Chavarría Hernández, refiere que este orificio puede transformarse en un foco de infección, porque la coloración del líquido que almacena indica que las corrientes internas dejaron de fluir.
Ante el riesgo, exhorta a las autoridades de los tres niveles de gobierno a realizar campañas de fumigación, a fin de reducir los riesgos sanitarios, porque de no actuar con oportunidad el socavón puede contribuir con la proliferación de insectos, entre ellos, los transmisores del dengue.
Socavón, en el olvido
Recorrer el entorno de este hundimiento, situado en Santa María Zacatepec, junta auxiliar del municipio de Juan Crisóstomo Bonilla, genera sentimientos encontrados, porque lejos quedó la efervescencia incluso turística que en sus primeros meses causó, cuando miles de visitantes, youtubers y autoridades centraron su atención en él y dieron seguimiento a su crecimiento que “devoró” una vivienda.
Hoy está en completo abandono y sin monitoreo institucional, pues la unidad de Protección Civil Estatal que tenía esta tarea se retiró el año pasado.
Ahora sus vigilantes son los pobladores, principalmente los campesinos que trabajan las tierras encontradas a metros de su perímetro. Don Pedro es uno de ellos y desde su cultivo de alfalfa expresa que este fenómeno natural cambió algunas situaciones.
Hemos notado que hay un poquito más de mosquitos, porque anteriormente los moscos que había eran otros, de otro tipo, ahora son blancos y no sé qué tenga que ver eso, si sean por el agua o sean de otro tipo, pero sí hemos notado manchones grandes, pero no sabemos si ya hay plaga, porque es un mosco blanco, expone.
Refiere que aun cuando tiene contacto con este tipo de fauna, no ha presentado alergias o picaduras anormales.
Don Pedro manifiesta estar acostumbrado a vivir junto a la zona del socavón, ya que su vivienda está edificada a unos metros, “ya estamos acostumbramos, así como nos acostumbramos al volcán Popocatépetl, ahora ya estamos acostumbrados a él, no sabemos en qué tiempo nos llegue a perjudicar o si se quede como está ahorita, a veces sí nos da temor, porque día a día corto alfalfa a unos metros”, reitera.
Comparte que en algunos momentos ha escuchado ruidos que quizá vienen de lo profundo del orificio, porque se escucha como si “el agua corriera”, pero prefiere guardar su curiosidad y no acercarse, pues por algo está cercado.
El agricultor recuerda que este hueco nació como si una raya hubiese sido trazada en medio de los cultivos, la cual después se redondeó hasta lo que hoy es visible.
“Nos espantamos cuando se abrió la tierra, porque yo estuve presente en el momento que se escuchó algo similar a las olas del mar, sí era espantoso para nosotros y mejor me fui con mi familia, porque el ruido era extraño, pero ya vamos aprendiendo a vivir con él, a ver qué pasa más adelante”, remata.
Queremos conocer los resultados de las investigaciones
En otro punto del hundimiento, Nelly, representante de las Guardianas del Frente de Pueblos Unidos en Defensa del Agua y la Tierra en Puebla, solicita a las autoridades estatales y federales difundir los resultados de los estudios realizados por especialistas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), en los primeros meses del surgimiento de este agujero de gran dimensión.
“El agua ya está muy verde y para nosotros ya es totalmente un foco de infección, por los moscos que hay y se supone que en tiempos de sequía no deben proliferar, porque eso pasa con las lluvias y ese tema debe preocuparnos a todos, para evitar enfermedades en un futuro”, expone.
Lamenta que la información generada en dichas investigaciones no se difundiera de manera pública en Zacatepec, es decir, entre los vecinos.
“Nosotros sostenemos que el socavón se formó por la extracción excesiva de agua que hacen las empresas, principalmente Bonafont, y por eso se exige a las autoridades competentes a realizar acciones preventivas, porque siguen presentándose desgajamientos de tierra, de vez en cuando se oyen ruidos y eso un peligro para la comunidad”, puntualiza.
La activista además denuncia que en esta comunidad hay descargas residuales irregulares que abonan la contaminación en el ambiente.
Subraya que a un kilómetro del hundimiento hay una laguna que concentra aguas negras expulsadas por empresas de la zona industrial Mercatus y a una distancia similar, pero con dirección al Aeropuerto de Puebla, con sede en Huejotzingo, diariamente se ve el correr de este mismo material, pero en este caso, proveniente de algunas firmas de Ciudad Textil, otro complejo fabril de la zona.
Por ello, afirma la importancia de atender con oportunidad los temas ambientales, para evitar daños irreversibles a la naturaleza y a la salud de las familias de Juan Crisóstomo Bonilla.
Es importante anotar que al recorrer este foso se consultó un código QR que es exhibido en uno de los nuevos letreros colocados en el cercado del socavón, con el siguiente mensaje: “Usted se encuentra en una zona de riesgo mayor susceptible a hundimiento. Mayor información. Escanéame”.
Al ingresar a dicha aplicación digital, puede leerse el contenido del proyecto de investigación geocientífico: Propuesta de Mapa Semáforo de Potenciales Peligros de Hundimiento, realizado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en colaboración con la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial, con fecha de febrero del 2022, el cual expone que la aparición del orificio fue el resultado combinado de procesos naturales y antropogénicos, sumados a una lluvia muy intensa que originó la sobresaturación de los primeros niveles del subsuelo, incrementando la carga litostática, generando una carga sobre las rocas subyacentes, lo que dio origen al colapso denominado socavón.
Esta iniciativa, que fue validada, concentró los resultados de los estudios de prospección magnética terrestre, tomografía de resistividad eléctrica, uso del suelo y mapa de pendientes, sin embargo, no alerta de posibles daños a la salud o riesgos futuros, pues solo se integraron aquellos hechos a nueve meses de su surgimiento.
Evitar la proliferación de mosquitos
El académico investigador de la Universidad Iberoamericana Puebla, Jerónimo Chavarría Hernández, en entrevista con El Sol de Puebla habla de la situación actual del socavón de Zacatepec y sostiene que éste no es receptor de contaminantes, pero advierte que sí puede convertirse en un foco de proliferación de insectos, entre ellos el que transmite el virus del dengue.
“Este fenómeno en particular se generó por la explotación de los mantos acuíferos y puede estar pasando que toda el agua que almacena se está estancando y eso puede ser un foco de proliferación de insectos, porque cuando es época de lluvia se recomienda no almacenarla, ya que eso puede generar la proliferación del mosco del dengue y en el socavón ya hay obstrucciones”, destaca.
Refiere que, si no hay corrientes o salidas, el mismo almacenamiento provoca el asiento de materiales que motivan la presencia de organismos y plantas acuáticas.
“Cuando el hundimiento apareció el agua no era verde, pero una vez que empieza a estancarse, entonces comienza a perder sus condiciones originales y eso ya está sucediendo”, reitera.
Bajo ese tenor, sugiere a las autoridades competentes realizar campañas de fumigación para eliminar a los mosquitos que han proliferado.
En tanto, a la población pide no tirar basura al interior o en los alrededores del orificio, porque mientras no se recupere el filtro natural del agua, lo cual es bastante difícil, se irá acentuando la tonalidad verde en la misma.
“Insisto en invitar a las autoridades para que vean qué va a pasar con este fenómeno, ya cuánto tiempo ha pasado y no se ha dado un tipo de solución y este tema no se puede dejar así”, añade.
Como última recomendación, considera que la población no debe acercarse a esta zona de peligro, porque se desconoce si su crecimiento ya se detuvo o podría ampliar su radio.