Por varios años, han trascendido las versiones respecto a los abusos físicos, agresiones y amenazas ocurridas a interior de la Escuela Normal Rural Carmen Serdán, en contra de las estudiantes que cursan su educación superior, algunas de ellas que han sido evidenciadas por las mismas jóvenes, padres de familia, vecinos y hasta docentes que han señalado las irregularidades a las que se enfrentan las alumnas.
Fue en agosto de 2018 cuando un docente de esta la de estudios acusó las novatadas, que son actos de crueldad a los cuales son sometidas las jovencitas de nuevo ingreso, que año con año y durante una semana deben enfrentar diversos castigos, para lo cual las alumnas de semestres avanzados colocan cortinas en los accesos al plantel, para evitar que gente del exterior se percate de lo que ocurre en los pasillos o áreas comunes de la institución.
De acuerdo con lo descrito por el catedrático, en dichas novatadas, se atenta contra la integridad física y moral de las alumnas, mismas a las que encierran dentro de las aulas y dormitorios, para luego hacerlas comer alimentos en mal estado e incluso su propio vómito, obligándolas además a correr durante las madrugadas, para luego bañarlas con agua fría, pese a las bajas temperaturas que se registran en este lugar.
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Según lo evidenciado por el docente, los directivos de esta escuela se encuentran enterados de estas viejas prácticas, sin embargo, estos evitan oponerse debido que al hacerlo podrían ser las estudiantes quienes soliciten su destitución, ya que son ellas quienes imponen las reglas dentro del plantel, negando la entrada a los docentes y personal al área del sector de asistencial, durante el periodo de dichas novatadas.
De la misma forma, fue en febrero de 2019, cuando algunas estudiantes hicieron públicas amenazas y abusos cometidos por el “Consejo Estudiantil”, generando con ello casos de deserción escolar, como el de una joven de nuevo ingreso que resultó lesionada físicamente por otras compañeras, mientras que otra más, tuvo que ser sacada del plantel por presentar un trauma psicológico por el maltrato sufrido en el lugar.
Según la información anónima que fue emitida, en el lugar son implementados talleres propuestos por las denominadas “copis”, que significa Comité de Orientación Política e Ideológica, que ejercen presión y castigo a las estudiantes, en caso de alguna anomalía, citando como ejemplo, cobros de 30 pesos por retardo y 60 por falta, así como sanciones que consisten en chapear, lavar baños y cobro de cuotas más elevadas.
Al respecto, dieron a conocer que negarse al pago de estas sanciones, representa recibir castigos más drásticos, como salir a correr por las noches u otras agresiones dentro de sus dormitorios, las cuales deben soportar, a fin de mantener un lugar dentro de esta casa de estudios; ello sin dejar de lado las amenazas que sufren hasta con ser dadas de baja, en caso de negarse a tomar las casetas de cobro sobre las carreteras.
A ellos se suman, las múltiples inconformidades de las alumnas, con respecto a las movilizaciones que se registran en el país, por parte de estudiantes de otras normales hermanas, a las cuales deben acudir, recurriendo al secuestro de autobuses, como fue el caso del ocurrido en diciembre de 2019, donde fueron detenidas en las afueras de la terminal de autobuses de Teziutlán, por pretender llevarse una unidad, en conjunto con el chofer.
Por dicha situación, han sido algunas de las afectadas, quienes han dado a conocer lo vivido, a fin de evitar que otras jóvenes se abstengan de estudiar en esta escuela, solicitando la intervención de las autoridades educativas, ya que por parte de la dirección del plantel no existe ningún tipo de autoridad que pueda detener este tipo de abusos.