El excomandante de la Policía Municipal de Tulcingo del Valle, Maurilio N, quien fue asesinado y desmembrado el domingo pasado, se convirtió en el décimo gendarme y el cuarto mando municipal que es asesinado en Puebla durante el trienio actual.
Durante la noche del domingo fue asesinado el hombre a cargo del combate al crimen en Tulcingo de Valle. Su cuerpo fue abandonado en pedazos al interior de un par de bolsas negras, junto a una cartulina que informaba sobre la persona responsable de ese hecho: una persona que se identificó como "El Señor del Taco".
Este hallazgo se hizo momentos después de que Maurilio N fue expuesto en un video difundido en redes sociales, en el que aparentemente es obligado a confesar su presunta responsabilidad en el asesinato de cuatro personas, ocurrido el pasado 14 de noviembre.
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De acuerdo con el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, el exagente y comandante de las fuerzas municipales desempeñaba el cargo más alto de la corporación, aun sin contar con los exámenes de control y confianza obligatorios para acreditar su lealtad de servicio y responsabilidad con el cumplimiento de la ley.
No obstante, el asesinato de mandos policiales presuntamente vinculados con actos delictivos no es un caso aislado. A inicios del mes en curso, un grupo armado, presuntamente dedicado al robo de hidrocarburos en la Sierra Norte, emboscó a policías municipales y estatales en el municipio de Chignahuapan.
Producto de este acto, fueron acribillados Juan Carlos N, exdirector de operaciones de esa corporación, así como la uniformada Claudia N. En el caso del agente, según expusieron policías a esta casa editorial, sus antecedentes estaban cubiertos de señalamientos por prepotencia y hasta corrupción.
Además, autoridades estatales dieron a conocer que el expolicía contaba con una orden de aprehensión en su contra, esto luego de que un juez encontró pruebas suficientes para vincularlo a proceso por el delito de homicidio. Su presunta víctima fue un albañil de 33 años quien murió a causa de traumatismo causado por lesiones físicas, supuestamente propinadas por Juan Carlos N.
Ahora bien, otro comandante policial que fue acribillado pero que, hasta el momento, no ha sido vinculado oficialmente con algún grupo delictivo fue Héctor García, ex director de Seguridad Pública de Acatlán de Osorio.
La noche del pasado 21 de abril, el agente viajaba junto con su esposa y sus tres hijos en una camioneta sobre la carretera Palomas-Tlapa Guerrero, sin embargo, un grupo armado emboscó al vehículo y asesinó al ex gendarme y a su pareja, lesionando también a los tres menores de edad que quedaron huérfanos.
En este caso sólo fue detenido el alcalde Arturo N, sin embargo, a decir de Barbosa Huerta, su aprehensión no tuvo nada que ver con la muerte del ex titular de seguridad pública, esto pese a que el ocurrió días después de que el mandatario anunció “una limpia” en el municipio de Acatlán de Osorio.
Por su parte, un mes después, en Francisco Z. Mena fue asesinado el comandante de la policía municipal, Felipe Hernández, lo cual provocó que la corporación quedara acéfala. En este caso tampoco se comprobó una relación entre el funcionario y delincuentes.
Los otros cinco policías asesinados brindaron su servicio en los municipios de Tepeaca, Tecamachalco, Tehuacán, Pantepec.
Autoridades estatales y federales, al frente de la seguridad en Tulcingo
Tras lo ocurrido en Tulcingo del Valle, el gobierno de Puebla confirmó que la Policía Estatal y la Guardia Nacional (GN) asumieron el control del mando de protección ciudadana en ese municipio, esto luego de que, tras lo ocurrido, una veintena de uniformados renunció a sus labores.
A propósito de este hecho, Barbosa Huerta criticó ayer en conferencia de prensa que Maurilio N no haya acreditado sus pruebas de control y confianza. Por ello, señaló que los ayuntamientos tienen la responsabilidad de preservar el rigor en la contratación de servidores públicos.
Refirió que ordenó a la Consejería Jurídica del gobierno estatal elaborar una iniciativa de reforma a las leyes orgánicas municipales que dictan los lineamientos para contratar al personal a cargo de la seguridad pública. Esta modificación obligaría a los ayuntamientos a verificar que en las filas de sus corporaciones policiales no existan perfiles vinculados al crimen o relacionados con prácticas irregulares.
Desaparecerá SSP agrupación de operaciones especiales
En otro orden de ideas, el titular del Ejecutivo local adelantó que su administración perfila la desaparición de la Unidad Mixta de Reacción (UMIR), un brazo articulado de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para atender tareas de inteligencia, esto debido a que entre sus filas atravesaron personajes asociados a la ilicitud.
“Vamos a desaparecer (...) del reglamento interior de la SSP a una dependencia dentro de la Policía Estatal que se llama UMIR. Ésta fue creada por el ex titular de la secretaría, Rogelio López Maya, pero ubicaba en ese lugar aún exservidor público muy oscuro de apellido Gamboa”, subrayó.
El funcionario al que hizo alusión el mandatario fue Saúl Gamboa Condado, quien se desempeñaba como agente de mando en dicha corporación y sobre quien pesan diversos señalamientos de corrupción por parte de otros elementos policiacos.
Asimismo, Barbosa Huerta apuntó que otros integrantes de la UMIR incurrieron en actos delictivos, por lo cual consideró que la creación de esa agrupación fue un acto lamentable para la SSP.
“Se alojó a muchos policías que, finalmente, han sido identificados de prácticas ilegales. Le he pedido al consejero jurídico me haga esa reforma para desaparecer esa llamada UMIR, de lamentable paso por la seguridad pública del estado”, sostuvo.
Finalmente, cabe recordar que, de acuerdo con reportes periodísticos, integrantes de ese grupo de mando han abanderado señalamientos por irregularidades desde su creación hasta la fecha. Entre las prácticas más comunes figuran actos de secuestro, extorsión e implantación de pruebas fehacientes, entre otros.