En una mezcla de música y sanación tradicional, así como la magia de rituales ancestrales, un grupo de seis mujeres y un hombre, a través de sus cantos y tambores prehispánicos, buscan rescatar esta usanza antigua e imprimir el sello mágico a sus interpretaciones, algunas de ellas del dominio popular y, otras más, de creación propia, enmarcado en un estilo único que hipnotiza al espectador.
Para la miembro de este grupo y mujer medicina, Beatriz Herrera Aguilar, en entrevista para este medio, recordó que los tambores son el primer instrumento que utilizó la humanidad en la antigüedad que, por ejemplo, nuestro país, es muy utilizado por sanadores y mujeres de poder.
En la Sierra Norte de Puebla, la iniciativa nació a raíz de un ritual llevado a cabo una noche de San Juan, festividad importante para los "brujos" de la región, así como en los del país; celebración en la que participó un renombrado brujo de la región, conocido como Lobo, así se germinó la agrupación y su nombre: "El lobo y sus lunas".
Sólo le dieron un toque especial, no solamente utilizarlo en rituales o en prácticas como las del temazcal, con un toque sanador, sino también como una expresión musical que acerque a los espectadores a la magia del México antiguo, a manera de una agrupación, con un concepto con el que no han encontrado algo similar, en su investigación al respecto.
Como un proceso de sanación, lo utilizan a través de la intuición, el mismo toque que da el tambor, la vocalización, la conexión con el instrumento (herramienta de poder), para "sacar la voz" e iniciar así el trabajo de sanación, en primera instancia en lo emocional, que se acompaña con otras prácticas como el trabajo de temazcal, ceremonias de cacao; ahora también a través de la Maestra en estas artes, Mariela Miriam Oviedo González, imparten talleres para difundir esta práctica que ha llamado la atención de personas de otros países como Argentina y Perú.
Además de algunos rituales, también han tenido presentaciones públicas en la región, la más reciente en Chignahuapan y otra más en el Museo de Zacatlán (Muza), así como algunas presentaciones privadas. Uno de sus temas más profundos es “El lobo y sus lunas”, escrita por Gudelia González González y Oviedo González. También forman parte de este grupo Ameyalli, Edith, Guadalupe y Jordán.
Poco a poco, lo que empezó con la reproducción de melodías conocidas como "La llorona", fue integrando letras de su propia autoría, algunas de ellas surgidas como parte del trabajo personal de sus integrantes, lo que parece sencillo, pero que tiene elementos de profundidad.
Basta con sentir el ritmo de las interpretaciones para empezar percibir los toquidos en el latido del corazón. Entre las interpretaciones de su propia autoría hay una dedicada a una de las "Abuelitas", una conocida sanadora del arte ancestral de los hongos mágicos, llamados Teonanacatl (carne de Dios), en la tierra de María Sabina: Huautla de Jiménez, Oaxaca.
Luego, las interpretaciones llevan a una introspección que cautiva, de una manera que refleja lo ancestral y la modernidad, como este fragmento de uno de sus cantos: "dentro de la guarida, está el lobo con sus lunas, prestos para tocar el alma, con olor a hierba, hacia sus adentros, el viaje se presenta intenso. En Nahual convoca a la bruja de piedra, y en su mirar está el universo, dentro de sus pupilas ya no existe el tiempo, entra por los pies a tu cuerpo.
Besa a la bruja, besa a la bruja, besa a la bruja de piedra, tu corazón para, no puedes moverte, con amor expande tu mente… Besa a la bruja, besa a la bruja, besa a la bruja de piedra, todo te lo muestra, la intención es clara, abre el corazón para siempre”.