A dos años de haber dado inicio los trabajos de rehabilitación y mantenimiento de la Iglesia lateranense, dedicada a San Pablo y Pedro Apóstol, ubicada en el centro de Zacapoaxtla, la construcción no presenta ningún tipo de avance, continúa cerrada al público y a los fieles católicos que acostumbraban participar en las celebraciones religiosas.
A mediados del año anterior, vecinos de la comunidad señalaron un presunto daño patrimonial en contra de este monumento arquitectónico, instando la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Puebla, a fin de verificar el estado en el que se encuentra el templo religioso.
Las acciones de mejora permanecen bajo la coordinación de un consejo de ciudadanos que, hasta el momento, no ha dado cuenta de los avances, ni del empleo de los recursos que fueron conjuntados para ello.
Es importante señalar que la Iglesia lateranense, dedicada a San Pablo y Pedro Apóstol, fue construida entre los años 1580 y 1642, cuya edificación fue elevada a dicho rango, debido a que fue anexada a la Basílica de San Juan de Letrán en Roma, la cual es lateral a la de San Pedro, contando con las mismas indulgencias que la de dicha ciudad italiana, así como las construidas en Córdoba Argentina y Lima Perú.
Por tal motivo y debido a su antigüedad, presentaba algunos desperfectos, motivo por el que fue el pasado 2019, cuando fue integrado un consejo el cual emprendió la rifa de un vehículo, logrando reunir la cantidad de un millón 37 mil 600 pesos, misma cantidad que supuestamente sería empleada en dichos trabajos a desarrollarse dentro de este recinto religioso.
De acuerdo con lo trascendido, el consejo también dio inicio a gestiones ante el INAH, logrando la adquisición de cerca de 6 millones de pesos, para ésta y otras iglesias del lugar, cuyo recurso fue retenido al no contar con el estudio técnico, optando por dar inicio a la obra, con lo reunido de la rifa del automóvil.
No obstante, algunos de los pobladores acusaron una serie de destrozos en el interior, los cuales quedaron expuestos durante una visita realizada por autoridades municipales, donde pudo constatarse que los trabajos se realizaban sin mayor conocimiento del arte o arquitectura religiosa.
Por tal motivo, a dos años del cierre total de este importante templo que, además de ser un lugar de culto religioso, también era visitado por cientos de turistas que arriban a este municipio, dichos habitantes, vuelven a solicitar la intervención del INAH Puebla, a fin de solucionar dicho problema, instando al mismo tiempo, a las autoridades a emprender una investigación, en torno al uso de los recursos que no han sido empleados.