Como si nada hubiera ocurrido, luego de que la gente linchara a un presunto robachicos, las actividades en escuelas y la alcaldía transcurrieron con normalidad, incluso hasta a misa acudieron decenas de personas. Pero derivado del linchamiento el alcalde Antonio Méndez Juárez, declaró, que cambiará a todos sus policías.
Nada distinto a los demás días, las escuelas continúan sus clases, la alcaldía dio servicio normal, incluso decenas de habitantes acudieron a misa de los abuelitos, en la que curiosamente el párroco Antonio Blanco, no hizo ningún comentario acerca de lo ocurrido un día anterior, en donde intentó impedir que la gente hiciera justicia por su cuenta, pero fue ignorado.
Mientras que en la cancha del auditorio municipal, donde fue linchado el hombre, por haberles parecido sospechoso, está siendo resguardada por elementos estatales y aun se aprecian manchas de sangre.
El alcalde Antonio Méndez Juárez declaró que cambiará a sus diez elementos, para salvaguardar su integridad física y también por las exigencias de los ciudadanos.
“Según la gente, los policías dejaron escapar a otros dos cómplices del linchado y por ello piden que se vayan, aunque aclaró que los oficiales actuaron bajo lineamientos y no había motivos para que hiciera la detención, lamentable que los pobladores no lo entiendan”, recalcó.
Sin embargo dijo que no existe una persona que haga el señalamiento directo en contra del linchado, ni tampoco de una acción concreta, simplemente fue porque les pareció sospechoso.
También indicó que se ha solicitado, los rondines de la Policía Estatal debido a que refirió que casi no se les ve por esta zona.
El alcalde dio a conocer que ya acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) para rendir su declaración y se realizará una investigación como corresponde por la autoridad competente.
Agregó que aún no se tiene la identidad del presunto robachicos y quizás será en los próximos días que se dé a conocer.
HERMETISMO
A pesar de la gente camina con normalidad en las calles y se dan el saludo como de costumbre, se evita hablar de lo que ocurrió un día anterior.
Asimismo en las redes, no circulan ni fotos, ni videos, de los hechos de barbarie, se sabe que a la hora que golpearon hasta morir al sujeto que no ha sido identificado, se prohibió tomar evidencias con los celulares.
Sin embargo, existen personas que están consternadas por estos hechos, lamentan que sus vecinos se hayan manchado las manos de sangre.
“Nos sentimos mal por no haber podido impedir que la gente matara a una persona, que quizás era inocente, la gente llevará en su conciencia una muerte”, declaró un vecino de este lugar.
Mientras que las canchas del auditorio municipal, donde amarraron y mataron a presunto "robachicos" dejaron una cruz, pero están abandonadas pese a que los jóvenes con frecuencia acuden a jugar voleibol, basquetbol o fútbol.
LOS HECHOS
Por estacionarse frente a un preescolar luego de que al parecer se descompuso su auto, un sujeto fue retenido y linchado por pobladores de Atoyatempan, acusado de ser un presunto robachicos. Dos sujetos que viajaban con él lograron escapar de la turba de más de 300 pobladores. Ni el párroco, ni el alcalde, lograron calmar a la gente.
Este martes 24 de abril, cerca de las 10:00 horas, en la entrada del preescolar ubicado sobre la avenida principal de la comunidad, personas se percataron que se encontraba un auto rojo con tres sujetos desconocidos, quienes estaban en actitud sospechosa, por lo cual tocaron las campanas y con perifoneo convocaron a la población.
Al juntarse la gente, dos hombres escaparon mientras que a uno lo detuvieron, pese a que argumentó que su auto se había descompuesto y por ello estaba estacionado.
Pese a ello, la gente no le creyó y con ayuda de la Policía Municipal lo trasladaron a la comandancia, sin embargo, la turba se lo arrebató a los uniformados, con la consigna de quemarlo.
La multitud trasladó al detenido a las canchas del auditorio municipal, el cual se ubica una calle atrás de la alcaldía y allí lo amarraron a un poste, le rociaron gasolina y lo golpearon con un bate hasta dejarlo muerto.
En medio de la confusión, el párroco Antonio Blanco intentó impedir que la gente tomara justicia por su propia cuenta, pero ante los gritos que le insistieron que se retirara, pues no querían faltarle el respeto, el cura se fue.
También el edil Antonio Méndez Juárez se presentó a dialogar con la gente pero fue retenido por algunos minutos.