Tecamachalco, Pue.- Entre porras, aplausos, globos, flores y música, conocidos, amigos y familiares despidieron al pequeño Juan Pablo, el niño de 7 años que fue hallado sin vida en un canal de aguas negras, tras desaparecer de forma repentina.
De la misma manera durante el cortejo fúnebre el cual se tiñó de blanco, cuyo féretro fue cargado por voluntarios, acompañado de una foto del menor y pétalos de flores que marcaron el camino, se exclamó justicia para el menor, mientras las porras se hicieron presentes tales como: "Se ve, se siente, Juan Pablo está presente"; "A la bio, a la bao, a la bim bom ba, Juan Pablo, Juan Pablo, ra ra ra".
El calor intenso y la pandemia no fue impedimento para que decenas de pobladores de San Mateo Tlaixpan se unieran y acompañarán el cortejo fúnebre del niño Juan Pablo, esto luego de una misa de cuerpo presente en la capilla de San Isidro Labrador, ubicada a unos cuantos metros de la morada del pequeño.
La homilía se realizó a puerta cerrada en compañía de la familia y amigos más cercanos, posteriormente el cuerpo se despidió de donde fue su hogar por siete años para encaminarse en un largo cortejo fúnebre que fue acompañado de decenas de personas, quienes cargaba consigo globos, flores y ropa en color blanco como muestra de paz y solidaridad hacia los deudos.
Tras casi 50 minutos de caminata el cansancio se hacía notar entre los más pequeños que acompañaron el cortejo, posteriormente los restos del "pequeño guerrero" fue sepultado en el panteón de la misma localidad, donde la familia abrazo el ataúd de color blanco, aún con lágrimas por esta irreparable pérdida se despidieron de Juan Pablo, cuya tumba quedó adornada de todos los presentes que le llevaron.
En torno a los hechos, fue el domingo 8 de noviembre, cuando el infante se extravío en terrenos de cultivos de los ejidos de San Francisco, Lomas de Santa Cruz, lo que movilizó a autoridades, vecinos y familias conformar brigadas de búsqueda, dos días después y para ser exactos el martes por la tarde-noche fue hallado sin vida.
El desafortunado desenlace, terminó con las esperanzas de encontrar a Juan Pablo con vida, cuyo cuerpo flotaba en un canal de aguas negras ubicado en límites con el municipio de Quecholac; según la autoridad, el niño cayó de forma accidental y falleció ahogado, cuyo cuerpo no presentó huellas de violencia.
Sin embargo, vecinos dudan que el menor haya fallecido de esta manera, por ello piden a la Fiscalía General del Estado (FGE) se esclarezca la muerte de Juan Pablo en un municipio que ha sido escenario de ataques directos, ejecuciones, enfrentamiento, robos, extorciones y “levatones”.