A paso lento, bajo los inclementes rayos del sol y con gruesas y pesadas cadenas amarradas a su pecho y pies, así posesionan los engrillados de Atlixco.
Hombres que fieles la tradición católica recorren las calles este Pueblo Mágico durante el Viernes Santo en una dolorosa demostración de fe.
Pero eso no es todo, y es que los engrillados también posesionan con espinas de un cactus llamado huizache prendidas al cuerpo mientras sostienen una bandeja llena de limones que son su único alivio pues no es permitido tomar agua o algún otro liquido durante los más de 4 kilómetros que dura el recorrido.
Así algunos dan gracias por los favores recibidos, mientras que otros piden a Dios, a Cristo o a la Virgen, les conceda un milagro.
Por otra parte, pobladores de la comunidad adornan las calles con los tradicionales y coloridos tapetes, con ello esperan la llegada de la procesión que pasará por las principales calles del pueblo mágico.