Teziutlán.- Luego de la muerte de un masculino, ocurrido el pasado 9 de agosto, a causa de una presunta neumonía, mientras se encontraba recluido en el anexo San Francisco, del municipio de Xiutetelco, su viuda, Erika Ordaz Rivera, desestimó dicha versión, asegurando que su muerte se trató de un homicidio, puesto que el cuerpo de su esposo presentaba golpes contusos y fracturas, lo cual fue determinado por el personal de la funeraria, ya que por parte de la Fiscalía regional, no le fue practicada la necropsia de ley.
De acuerdo con lo expuesto, Erika Ordaz Rivera, aseguró que su esposo, de nombre Roberto Martínez Salazar, de 37 años de edad, falleció “a causa de golpes, fracturas y demás”, originadas al interior de dicho anexo, motivo por el que habría acudido a la fiscalía regional, para conocer el motivo de su deceso, ello al haber sido dicha instancia la encargada de llevar a cabo el levantamiento del cadáver y quien habría determinado que su muerte fue a consecuencia de una supuesta neumonía que habría originado el estallamiento de un pulmón.
Según lo narrado, dicho diagnóstico fue determinado pese a no haberle realizado el estudio correspondiente con el cual determinar la causa de muerte, lo cual le habría sido informado por parte del personal de la funeraria, ya que, por parte de la fiscalía regional, dichos datos e información, le habrían sido omitidos, viéndose en la necesidad de solicitar ayuda legal, a fin de agilizar el proceso que le permitiera otorgarle cristiana sepultura.
De lo anterior, dijo “me dice la fiscalía, espérese mañana o pasado, de 7 u 8 horas que estuve esperando, me atendieron 15 minutos un ratito y después otros 10 minutos y me la hacen tan cansada”, determinando que el hombre presentaba un cuadro de neumonía, motivo por el que le había estallado un pulmón, sobreviniéndole la muerte de manera natural, mientras que el anexo, había dicho que el deceso fue por un paro respiratorio.
Por tal motivo y durante su comparecencia ante la fiscalía regional, la denunciante mencionó que, sufrió un gran número de bloqueos por parte del personal, sobre todo en brindarle una explicación de lo ocurrido, así como por diversos trámites burocráticos que, le impidieron estar y despedir el cuerpo de su esposo.