Izúcar de Matamoros.- Por algunas horas se mantuvo bloqueada la entrada del Hospital General de Izúcar de Matamoros, luego de que intentaron retirar a 17 comerciantes con el uso de elementos de Seguridad Pública Estatal y Municipal, bajo el argumento de que se encontraban en propiedad privada ajena al nosocomio.
Abel Mariano García Mendoza, secretario del Comisariado Ejidal de San Juan Raboso, mencionó que el propietario del terreno de siembra que se ubica frente al Hospital General, busca apropiarse de una área de uso común que se encuentra utilizada por varios comerciantes de comida, originarios de la misma comunidad y que cuentan con el permiso de los mismos productores.
Después de varios años, el supuesto dueño del terreno dio aviso a la fuerza pública para desalojar a los locatarios; sin embargo, éstos se opusieron, por lo que se armó un zafarrancho hasta que lograron dialogar las partes afectadas. García Mendoza con documentos en mano, mostró los límites del terreno particular y el punto donde inicia el uso común, de igual forma mostró la aprobación unitaria de todos los ejidatarios de Raboso que decidieron prestar a las personas para vender antojitos.
"Todos tenemos necesidad de sostener a nuestras familias, o ¿qué quieren? ¿Qué se incremente la delincuencia?, nosotros sólo pedimos respeto, ya se les dio terrenos para utilizarlo para el boulevar, pero este señor todavía quiere invadir terreno de uso común", señaló el líder cañero.
Cabe mencionar que ya habían destruido uno de los locales, sin embargo, fueron obligados a volver a construir nuevamente el techado, inclusive detalló el representante que son varias organizaciones que se están uniendo para ayudar a las personas afectadas, entre ellas la CNC y CNPR del ingenio de Atencingo, por lo que exigen al gobierno del estado solucionar dicha problemática.
El nosocomio no cuenta con un comedor para los familiares que tienen algún enfermo internado y que son estos locales rústicos los únicos que ofrecen comida y bebida para ellos, así como para los mismos médicos y enfermeras. Hasta el momento las personas se mantienen alertas, ya que temen puedan utilizar la oscuridad de la noche para nuevamente intentar quitar los puestos.