Huauchinango. Faltan escasos 30 metros de distancia para que la zona arqueológica de Teopanzolco, ubicada a unos cuantos kilómetros de la cabecera municipal de Huauchinango, desaparezca por los deslizamientos de material pétreo que se han realizado por la explotación de una mina de piedra, propiedad del diputado federal del distrito 01, Marco Antonio Natale Gutiérrez. La paradoja es que el legislador federal llegó al Congreso bajo las siglas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en alianza con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Se trata de un centro ceremonial nahua o totonaco, es conocido como Teopanzolco (Iglesia Vieja), está entre los pueblos originarios de Cuacuila y Xaltepec, ambas juntas auxiliares de Huauchinango, enclavada en la Sierra de Puebla.
La explotación intensa de la mina o banco de piedra está en la parte baja del basamento piramidal, un cerro con una pendiente pronunciada. La excavación constante ha hecho que la parte más alta se vaya deslizando hasta colocarse a unos 30 metros del área arqueológica.
La zona de ritos prehispánicos consta de montículos de piedra, estructuras piramidales, muros y algunas terrazas, desde donde se alcanza a ver una extensión importante de los pueblos originarios cercanos, dado que la parte más alta está al suroriente de la cabecera municipal.
La zona arqueológica actualmente está enmontada, pese a eso, se puede notar “un sistema de terrazas que se construyeron hace siglos”, sin que pueda precisarse la época, ni la cultura a la que pertenecen, aunque se cree que por las obras podrían haber sido los totonakús, dada la ingeniería que se aprecia, señalaron algunos habitantes.
Al tratarse de un lugar sagrado, pobladores de diversas comunidades, como Cuacuila, Xaltepec, Papatlatla y Papatlazolco llevan ofrendas al lugar y atestiguaron que esto se hace en diferentes épocas del año.
La mina de piedra está el pie de la ladera, cuyos trabajos de excavación se pueden ver desde la autopista México-Tuxpan.
Pobladores de Xaltepec y Xilocuautla, preocupados por la situación, acompañaron a El Sol de Puebla para realizar una exploración de campo, en donde platicaron que es un territorio que debe estar resguardado por Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) e indicaron que es lamentable que “una pedrera en explotación está arrasando con lo que se encuentra enfrente. Al propietario lo que le interesa es el dinero y el poder. Lo malo es que alguien que le vendió puso en riesgo una joya de la historia de Huauchinango y de México”, acusan.
Asimismo, arremetieron diciendo que el mote de “ecologista” del partido que en alianza con Morena llevó al poder a Marco Antonio Natale Gutiérrez, “es sólo un membrete, porque en los hechos se ve todo lo contrario, ambición de tener más, no importando la vida natural y mucho menos la zona arqueológica”, señaló Francisco, quien prefirió no revelar su nombre completo por temor a represalias de quien llamó: "materialista".
EL PUEBLO QUE FUE TRAGADO POR LA TIERRA
Al consultar más sobre el área arqueológica de Teopanzolco, los lugareños revelaron que no es un punto aislado, mostraron que a un costado está un santuario natural denominado Nacpinzaza, “no muchos saben del lugar”, pero algunos nahuas aseguran que a finales del año y en ocasiones a mediodía “se escucha la campana de la iglesia del pueblo de Teopanzolco”.
Apuntaron que Teopanzolco era una iglesia grande “y que se tragó la tierra”, en cambio otros cuentan que la campana que se escucha “es de oro y cuando se mueve la tierra se escucha su sonido. “Se habla del centro ceremonial como un lugar sagrado, que tal vez era un pueblo que también ofrendaba el santuario natural de Nacpinzaza”.
Los lugareños de edad avanzada del lugar, a quienes se le ve sembrando chile, tomate de hoja, maíz, aseguraron que los permisos para la explotación de la citada mina, no debieron darse por las administraciones panistas y priistas federales, debido a que, por debajo de los dos lugares, Teopanzolco y Nacpinzaza está un manantial muy grande al que le llaman Puyecatl, desde donde brota “agua salada y se cree que eso sucede porque en el interior está el nixtamal, producto del proceso que realizan las personas que se quedaron atrapadas cuando la tierra se tragó al pueblo de Teopanzolco”.
Ante los hechos, este medio buscó una versión del diputado federal, Marco Antonio Natale Gutiérrez, sin embrago, pese a que se esperó desde el pasado 31 de diciembre, hasta el momento uno de sus asistentes refirió que era difícil tener una versión, debido a que el legislador “no está aquí”.