Un hombre alto, fornido y de tez blanca, así es como describen a la personificación del volcán Popocatépetl. Antonio Analco Sevilla, “tiempero” de Santiago Xalitzintla, es conocido por hablar con don Goyo desde los seis años de edad, mismo momento en el que se convirtió en un medio de comunicación entre él y el pueblo.
Al presentar su libro “Lectores de la naturaleza. Memorias de un hacedor de lluvia”, relató cómo se convirtió en el “trabajador del tiempo”. Fue a la edad de seis años que sus padres quisieron que estudiara y le compraron los útiles escolares, pero destrozó un cuaderno, por lo que fue castigado cuidando vacas.
Así fue la primera vez que subió al volcán Popocatépetl, donde lo vio por primera vez y comenzó -según sus relatos- a hablar con don Goyo. Él, dice, sería el vínculo entre los pueblos y la montaña para comunicar sus necesidades e incluso los momentos en los que haría erupción.
Desde entonces, a veces mediante sueños y otras en persona, es como Antonio se comunica con el volcán. Además, sube la montaña cuatro veces por año para hacerle peticiones y agradecerle principalmente la lluvia y los periodos de cosecha mediante una serie de ofrendas.
Son los días 12 de marzo, 2 y 3 de mayo así como el 30 de agosto que el “tiempero” sube hasta donde la montaña se lo permite para hacerle las ofrendas. Claro está, explicó Antonio, que estos votos son conforme a las necesidades y peticiones del propio don Goyo.
En estas fechas tienen que subir a la montaña a un espacio ubicado a 4 mil 300 metros sobre el nivel del mar, donde en ocasiones la gente llega a desfallecer debido a la fatiga que la caminata y la altura les provoca.
Pero él no es el único que dice hablar con las montañas, también está Inés Campos, su esposa, quien ha tenido la oportunidad de entablar relación con Rosita (Iztaccíhuatl) y Dolores (Malinche), mismas que en sueños les hacen sus peticiones, igual que don Goyo.
Santiago Xalixintla es una junta auxiliar de San Nicolás de los Ranchos, el municipio más cercano en el lado oriente del volcán Popocatépetl.