María Verónica Maldonado salía del festival de su nieta, a la que con dificultades por su desgastada vista observó bailar música mexicana, para dirigirse a su vivienda en el centro de Chiautla de Tapia.
Ella recuerda que nunca faltó a las celebraciones del 10 de mayo de sus hijos, que también eran grandes participantes del zapateo.
Verónica dijo que tuvieron una vida “pobre” y que recibía “cosas chiquitas” pero con amor de sus hijos: “Mis hijos se han acordado de mí, me dan unas flores, unos 100 pesitos”, agrega.
Su familia está dividida porque por la falta de empleo uno de sus hijos emigró a los Estados Unidos y tiene varios años sin un festejo del Día de las Madres.
LOS REGALOS
Los chocolates, las rosas, ropa y hasta los utensilios de cocina son regalos que continúan vigentes en este día de las Madres, acompañados de reuniones en familia con una tradicional comida o cena.
Las mujeres del municipio de Chiautla de Tapia reconocen que la condición económica no les permite tener grandes regalos ostentosos y que no todas tienen la misma fortuna de celebrar con sus hijos, porque la mayoría se encuentran en los Estados Unidos, cumpliendo el sueño americano.
En la región de tierra caliente cada día se están perdiendo las costumbres y los bailes folclóricos como el Jarabe Tapatío, para dar paso a la música de reggaetón y electrónica en los festivales de la escuela.
“Antes cuando íbamos a la escuela, nos enseñaban hacer manualidades. Y ahora como adultos pues se compra la ropita, el calzado, algo para la cocina o un ramo de flores. Las cosas si van cambiando”, comentó Silvia de Gante.
Silvia señaló que 2 de sus 4 hijos viven en el extranjero porque en su municipio no tienen fuentes de empleo y que su festejo del 10 de mayo, es una comida con una de sus hijas y su madre, que vive a unas calles de su vivienda.
En esta región, dijo que el día festivo para muchas son regalos sencillos y comidas familiares, pues la situación económica no les permite un poco más.
Sofía Guzmán Alvarado recordó que su familia siempre fue humilde y que los regalos que siempre han prevalecido son las flores.
“Tenemos un regalito, no pasa inadvertida. Yo regalaba flores, porque éramos humildes, no alcanzaba para otra casa”, comentó.
Todas las madres de familia dijeron que por sus condiciones de salud ya no realizan labores en su casa y que todos los días con amor, las honran como madres.