El uso excesivo de la tecnología por la cual hay inmediatez, provoca que los jóvenes -entre 10 y 29 años de edad- tengan poca tolerancia a la frustración y los lleve a desarrollar trastornos mentales como depresión, estrés y hasta tendencias suicidas, coincidieron María del Carmen Mora Ávila del Departamento del Programa de Apoyo y Seguimiento al Estudiante de la UPAEP y la psiquiatra del IMSS, María Eugenia Torres Castillo.
Este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental y en 2018 está dedicado a los jóvenes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años de edad y el suicidio es la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 29 años de edad.
La especialista del IMSS señaló que los principales problemas de salud mental que afectan a la juventud son depresión, ansiedad, adicciones a drogas licitas e ilícitas, incremento de suicidios y violencia.
Explicó que de acuerdo con la OMS la salud mental no solo es la ausencia de la salud mental sino también cómo la persona está consciente de su entorno, cómo maneja sus emociones, cómo resuelve situaciones de la vida cotidiana y cómo se puede adaptar a su entorno social, además que tenga satisfacciones y felicidad.
En la adolescencia sucede que hay muchos cambios como cambio de colegio, hogar, entrada a la universidad o el mundo laboral y el uso de las tecnologías pueden generar tensión debido a la necesidad del usuario de estar conectados día y noche a las redes sociales.
Por lo anterior la académica de la UPAEP refirió que esa adicción y estrés provocado por el uso de este tipo de aparatos lo que puede facilitar el desarrollo de otros trastornos que pueden llegar hasta el suicidio.
Las generaciones que más padecen este tipo de problemas son las que nacieron a partir de 1996 ya que viven en la inmediatez por lo que son más vulnerables a las angustias y las enfermedades mentales.
“Cada vez son menos intolerantes a la frustración, como lo pueden obtener todo por medio de un clic y rápido, entonces ahora ya no tienen tanta capacidad para esperar o postergar lo que desean obtener y por lo mismo han cambiado sus formas de relacionarse”, expresó.
Si bien señaló que el uso excesivo de la tecnología todavía no se considera como una patología si cuenta con rasgos que sí pueden tomarse en cuenta como fuera de la norma como la adicción a las redes sociales, los videojuegos o la falta de interacción personal por prestar atención a los dispositivos.
La OMS advirtió sobre la necesidad de ayudar a crear resiliencia mental a fin de evitar angustia y las enfermedades mentales desde temprana edad. Sostuvo que la prevención comienza por entender los signos y síntomas precoces para prestar apoyo psicosocial.
Asimismo, es necesario que se amplíe la inversión pública en materia de salud mental y que se vincule con programas para la atención de este fenómeno.