La ciudad de Puebla se estremeció anoche cuando Ara Malikian hizo sonar las cuerdas de su violín a un costado de la Catedral. Envuelto en pantalones de cuero negro, con tatuajes en los brazos y como todo un rockstar, el violinista libanés, naturalizado español, saltó en el escenario e interactuó con soltura con los integrantes de su banda.
En el marco del Festival Internacional Cinco de Mayo, el músico contó una serie de anécdotas sobre su formación en Alemania e Inglaterra, después de salir de su país a los 15 años de edad y con el violín heredado por su abuelo, que no tuvo el renombre de los grandes luthiers, como Stradivarius, pero con el que ha triunfado a lo largo y ancho del mundo.
No solo presentó en el escenario un amplio repertorio de composiciones propias, sino también de Radiohead y David Bowie, y antes de cada melodía contó alguna historia, para dar contexto sobre su carrera al público poblano.
Ha participado en un centenar de conciertos a lo largo de todo el mundo, en más de 40 países de los cinco continentes, por lo que tiene facilidad de idiomas y, sin problemas, pudo comunicarse en español con sus seguidores, quienes no dudaron en reconocerlo con aplausos.
Como todo violinista, se dijo fan de Niccolò Paganini, el virtuoso italiano del siglo XIX, mejor conocido como El Violinista del Diablo, de quien interpretó en el escenario poblano una de sus obras más reconocidas: La Campanella.
Contó que tuvo influencia de su padre en la música clásica, con Bach, y de su hermana, con Led Zeppelin, por lo que, entre su repertorio, el rockstar logró incluir ambos gustos.
Cerca de dos horas de duración tuvo la presentación, que únicamente fue detenida por la fuerte lluvia, pasadas las 21:00 horas.