“En estos momentos no lo defendería y no metería las manos al fuego por él” fueron las palabras que, a 13 años del escándalo Lydia Cacho-Mario Marín, expresó Ricardo Velázquez Cruz, quien en su calidad de consejero jurídico de la administración estatal logró que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) absolviera al exgobernador priista por este caso de violación de garantías individuales de la periodista.
En un tono de arrepentimiento, el ahora magistrado del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) pidió una disculpa a la autora de “Los demonios del Edén” (libro en el que evidenció una red de explotación sexual infantil en la que estaban involucrados empresarios y autoridades como Mario Marín) luego de justificar que lo defendió porque era su obligación hacerlo.
“Una de las mayores afectadas fue Lydia Cacho, a quien le ofrezco una disculpa por mi actuar profesional, porque su causa es una causa digna, es una casa noble y creo que debemos de apoyar esas causas, no solo la de ella sino la de muchas personas que están luchando por una situación mejor para las minorías, en este caso las niñas y los niños”, dijo.
Agregó que: “defendí al gobernador en ese entonces porque era mi obligación hacerlo, era el consejero jurídico y por ley tenía que hacerlo, entonces ante la Corte hicimos algunos argumentos que les parecieron válidos, como el hecho de que se había juzgado a una persona sin tener reglas para ello, es decir, nadie puede ser juzgado por la simple razón humana. La ley es la razón artificial del Derecho”.
En entrevista con El Sol de Puebla, opinó que, de no haber defendido a Marín, quien enfrentó 11 juicios por este caso ante la PGR, la CNDH, el Congreso de la Unión, ante el propio gobierno del estado y la SCJN, este hubiera sido declarado culpable por el máximo tribunal del país y, por ende, hubiera sido removido del cargo de gobernador de Puebla.
Este tajante alejamiento mostrado por el exfuncionario se da a poco más de dos meses de que el Comité de Derechos Humanos de la ONU determinara que los derechos de Cacho fueron vulnerados y violados hace 13 años cuando fue detenida arbitrariamente tras la publicación del libro.
Además de dar publicidad a dicha resolución, el estado mexicano debe realizar una investigación imparcial, pronta y exhaustiva sobre los hechos denunciados por la periodista; procesar, juzgar y castigar con penas adecuadas a las personas halladas responsable de las violaciones cometidas; y ofrecerle una compensación adecuada, ordenó el Comité en el mes de agosto.
Para marcar aún más su distanciamiento, Velázquez Cruz informó que desde noviembre de 2007, cuando se dio la resolución definitiva de este caso, ha visto al exgobernador solamente en dos ocasiones, tras subrayar que no mantiene ningún tipo de amistad con él.
“En alguna ocasión me acerqué para verlo por un favor personal, el cual me fue negado, y en otra ocasión lo vi de manera casual, estaba solo en una fiesta y me dio mucha pena verlo así, llegué a sentarme con él; cuando llegó alguien a acompañarlo me retiré de esa mesa de ahí. No lo he vuelto a ver desde ahí”, contó.
“La relación con él no es de amistad, en realidad era un servidor público y quiero decir que los equipos no son sustancia (…) todos tenemos una forma diferente de pensar; lo defendí porque era mi obligación, mucha gente se sintió ofendida por la defensa que hice porque de no haberlo defendido pienso que se hubiera encontrado culpable”, insistió.
A decir de Velázquez Cruz, el haber defendido al también llamado “gober precioso” le cerró las puertas, frenó sus posibilidades de acceder a un cargo público y generó críticas de parte de algunos medios de comunicación, a los cuales confesó que iba a denunciar por difamación, daño moral y calumnias, no obstante, señaló que esta intención no se concretó porque se le vencieron los términos para poderlo hacer debido a que estaba enfocado y concentrado en la defensa del exmandatario estatal.
“Creo que mientras no haya un derecho al olvido creo que voy a seguir con ciertos resabios de esas situaciones”, expresó el exfuncionario estatal, quien comentó que Marín le mandó a pedir su renuncia como consejero jurídico bajo el argumento de que ya había llegado a su cúspide administrativa.
Por último, rechazó que le deba la magistratura al priista, pues dijo que antes de ingresar al gobierno estatal ya había iniciado su carrera en el Poder Judicial: “fui actuario, secretario, juez por ministerio de ley y lo que me faltaba era ser magistrado”, defendió.