Uno fue destruido por una cuestión “política”; en otro se presume que nació la “mordida”, una palabra coloquial sinónimo de soborno; en uno más existió una campana de oro y en el último se habla de la vida de un fray que penaba, luego de desaparecer misteriosamente. Estas son parte de las historias y leyendas presentes en los exconventos franciscanos de Calpan, Huejotzingo, San Andrés Cholula y San Martín Texmelucan.
En estos municipios de Puebla, dichas construcciones desafían el paso del tiempo al tener más de 400 años de antigüedad. Nacieron durante la Conquista de México como lugares de evangelización, pero sus estructuras fueron erigidas como fortalezas de defensa ante posibles invasiones o rebeliones.
Hoy sus historias oficiales están escritas en libros y placas conmemorativas, pero tienen otras que por siglos han trascendido de boca en boca y actualmente representan un atractivo para locales y viajeros, pues al escucharlas nace la duda de saber si existieron o no.
María de la Paz Méndez, Concepción Méndez Palma, Jesús Contreras Hernández, Gerardo Velázquez Landero y Anastasio Juárez Herrera son las y los cronistas de Huejotzingo, así como de San Martín Texmelucan, Calpan y San Andrés Cholula, respectivamente, quienes comparten episodios históricos de estos espacios, considerados como joyas arquitectónicas, pero también hablan de algunos hechos que, presuntamente, sucedieron en sus claustros.
Coinciden que algunos fueron usados como cárceles, manicomios, centros de hospedaje y, ya por separado, mencionan varias leyendas y acontecimientos que cautivan la atención de quienes llegan a conocerlos y recorrerlos.
Campana de oro
El exconvento de Calpan tiene el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco y desde uno de los pasillos de su atrio, el cronista oficial del municipio, Gerardo Velázquez Landero, recuerda que este municipio era un señorío antes de la llegada de los españoles, al igual que Cholula, Huejotzingo y el estado de Tlaxcala, ya que por su territorio circulaban quienes pagaban tributo a Moctezuma.
Antes de adentrarse a contar la leyenda de la campana de oro en este recinto, ventila algunos datos históricos, entre ellos que Hernán Cortés estuvo preparándose desde aquí para atacar Tenochtitlán y envió a uno de sus hombres, Diego de Ordaz, hasta la cima del volcán Popocatépetl para ver las zonas enemigas, pero también para iniciar la extracción de azufre para apoyar la elaboración de pólvora.
En 1523 llegan los primeros frailes franciscanos y con ello los conventos como puntos de evangelización en las zonas donde ahora está Huejotzingo, Tlaxcala y Ciudad de México y Texcoco, y después se construyen los de Calpan, Huaquechula, Cholula y Tochimilco, aquí en el estado de Puebla.
En este municipio, la edificación del recinto religioso fue en 1533, se estima que antes había una ermita donde ya se rendía culto a las imágenes católicas.
“En la construcción del convento existió intervención de la mano indígena, la ornamentación mezcla lo europeo con lo indígena y en muchos espacios puede verse la técnica que tenían nuestras culturas”, indica.
Refiere que una leyenda sobre este lugar expone la existencia de una campana elaborada en oro y su misteriosa aparición y desaparición.
“Calpan tuvo una etapa donde el indígena se revelaba a ser dominado, este pueblo era grande y se dice que a los pobladores le decían que eran malos, en lugar de llamarlo Calpan era Malpan, eran brujos porque de repente estaban en un lugar y después en otro, desaparecían, ya que tenían un tamborcito que sonaban para avisar la llegada del enemigo, eran hechiceros”, comenta.
Una vez tuvo lugar una pelea entre el mal y los franciscanos, porque el diablo quería seguir dominando la región y el cerro El Teotón, donde supuestamente se hacían sacrificios y con una campana de oro quiso negociar el pueblo.
El mal no logró el cometido y se afirma que la campana se encuentra enterrada en un punto del valle de los volcanes, expresa el cronista.
Agrega que también hay historias reales en este convento actualmente cerrado al público por obras de reconstrucción. Una de ellas es la plantación de los primeros nogales en la región, situación que lleva a Calpan a ser la cuna de la nuez de castilla, fruto empleado en la elaboración del tradicional platillo del chile en nogada.
Manicomio, silbatos tenebrosos y la historia de un fray “galán”
En Huejotzingo, las cronistas María de la Paz Méndez y Concepción Méndez detallan la importancia del convento de este municipio, que es uno de los primeros en el país.
Comenzó a construirse en 1524 por fray Juan de Alameda. Es un inmueble de relevancia por su estructura física y arquitectónica, así como sus murales.
Sus historias y leyendas también son varias, explica María de la Paz, quien aparte de ser cronista es historiadora de profesión.
Al iniciar un recorrido por el atrio, ya que el inmueble está cerrado al público por obras de rehabilitación, puntualiza que en la cruz de piedra, situada en la parte central de este punto, está enterrada una campana de oro.
“Se dice que la campana de oro se subiría al campanario, pero no fue posible, porque cuando las personas intentaban alzarla, se hundía más y más y entonces terminó hundida y en esa zona mejor se colocó la cruz”, sostiene.
En el relato, interviene Concepción, quien además de ser diseñadora, comparte su afición por promover la cultura y explica que ella tiene otro final de esa historia, dado que la campana fue hurtada por los españoles y llevada a ese país.
María de la Paz retoma la palabra para contar una historia que se dice fue real en el convento. Era el siglo XVl y proveniente de España, un hombre llamado fray Pedro de Granada, de 38 años de edad, alto, de buena presencia, piel blanca, delgado, cara partida, de ojos verdes y con sonrisa enigmática, malévola, pero a la vez coqueta, llega en 1934 a una habitación de este lugar para hacer votos. Era callado y poco sociable.
Su pasado no era conocido, sin embargo, unos decían que el joven había contraído matrimonio en Granada con una noble muchacha de la corte del rey y quien falleció por una enfermedad, llevándolo a tomar el hábito, pero otros dicen que no era verdad, que ella lo engañó con su mejor amigo y él, despechado, los mató ahorcándolos y por eso se vino a la Nueva España, añade.
Se comenta que al llegar al convento llama la atención por su belleza física y no tardó en volverse popular con las mujeres en la hora de la confesión y en la misa porque todas lo buscaban, hecho que comenzó a generar recelo en sus compañeros, donde uno de ellos lo comenzó a vigilar y descubrió que no pernoctaba en su habitación por las noches, pues se escuchaba que se embriagaba o visitaba las casas de señoras españolas.
Tras difundirse con rapidez el actuar del fray, fue enviado al convento de Calpan, pero ahí su fama de “galán” siguió y se presume que una de las capillas posas, específicamente aquella donde se veneraba a San Juan Bautista, situada en la zona norte del atrio, la usaba para realizar actos “pecaminosos”, porque a su arribo comenzaron a desaparecer mujeres y escucharse ruidos y gemidos en ese lugar.
Sus compañeros monjes, ante la situación, trataron de calmar a los indígenas, pero no lo lograron, ya que circulaban versiones de que este fray se aficionó a ritos paganos y satánicos y después de tres años desapareció y no se volvió a saber de él, luego de que un día antes fuera encontrado un poblador sin vida, quien había sido colgado con un cordón franciscano, mientras efectuaba tarea de vigilancia.
“Se dijo que el poblador se había suicidado, pero esa versión fue descartada por la expresión de horror que tenía en su rostro y que indicaba que algo había visto antes de morir. Ese día, fray Pedro desapareció y no se volvió a saber nada de él, ni en este lugar, tampoco en Huejotzingo, pero luego pasó algo extraño, que empezó a verse una silueta de un monje en los pasillos y en esa capilla, donde todos coincidían que era este monje, quien en los tiempos de la Revolución causó otra muerte similar a la del indígena y desde ese entonces se encuentra cerrada esa área”, reitera la historiadora.
Finaliza su participación al decir que este convento, en 1933, fue cárcel y luego manicomio, tras albergar a una mujer de la comunidad, quien padecía de sus facultades mentales.
En tanto, la cronista Concepción Méndez Palma pormenoriza detalles de una situación que vivieron los pobladores de Huejotzingo en tiempos de la colonización, ya que en la parte más alta del convento fueron colocados silbatos, cuyo sonido se activaba con el aire.
“Justamente se menciona que los silbatos tenían la función principal de espantar al enemigo y su ruido llegaba a ser tan intenso, dependiendo de la intensidad de las corrientes de aire y por las noches era cuando más fuerte y tenebroso era el sonido, era de terror”, informa.
Hay dos versiones que llevaron al retiro de los mismos, una de ellas que un cacique lo ordenó y la otra es que el pueblo lo exigió, concluye la cronista, mientras indica a lo lejos la zona alta de este inmueble donde todavía se observan los orificios donde existieron los peculiares accesorios.
Derribado por una cuestión política
San Andrés Cholula es otro municipio poblano que fue elegido para tener un convento. Lo que queda de su estructura se sitúa a un costado de la Parroquia. En este lugar, el cronista Anastasio Juárez Herrera, acompañado de la secretaria de Turismo y Cultura del ayuntamiento, así como de la directora de Turismo, Verónica Nava Saavedra y Marlene Molina, respectivamente, revive la historia registrada en este lugar.
A mitad del siglo XVl los franciscanos se asientan en Cholula, pero desde ese entonces ya estaba dividida en dos grupos sociales, los olmecas-xicalancas y los toltecas-chichimecas, donde los últimos invadieron y conquistaron la ciudad, por lo que los primeros se desplazan a la parte sur de la Gran Pirámide, hoy San Andrés Cholula, antes Colomoxco.
Derivado de las diferencias, los habitantes quisieron tener su propio convento, no querían depender de San Pedro y en 1550 llegaron tres o cuatro religiosos para dar servicios y trámites.
Hay una carta de 1580 donde se habla de la construcción de la parroquia, que es una fortaleza tan alta como los conventos franciscanos, porque eran sitios tipo militar para evitar invasiones o intentos de rebelión.
Entre los años 1585-1590 el convento funcionaba como tal, aunque con algunas dependencias sin terminar, pero atendía a la población.
Con la llegada del siglo XVll, para 1640, el noveno obispo de Puebla, Juan de Palafox y Mendoza, emprende una serie de reformas para retirar la administración de parroquias y conventos a los frailes, ya que tenían demasiado poder y acaparaban las limosnas, pero los últimos se defienden con un mandato del Papa Vl, que les deba esa facultad, aunque después éste quedó sin efecto.
Fue entonces cuando el barrio de Santiago Xicotenco comienza a funcionar como primera sede de la parroquia, dado que a los franciscanos se les permite seguir construyendo el convento, pero ya no administrarlo, vivían de limosnas, añade el cronista, quien también es jefe de patrimonio cultural del ayuntamiento sanandreseño.
En 1680 hay una denuncia ante el virrey donde se dice que el convento de San Andrés se había hecho sin permiso y por muy noble que hubiese sido la intención de fundarlo, no se tenía la licencia real y entonces tenía que deshacerse.
Entonces empiezan a derribar las estancias más emblemáticas, no el templo al ser consagrado, pero sí destruyeron las cocinas, el claustro grande y las celdas, y sólo se conservó la biblioteca, la enfermería y la portería, así como los accesos al templo, es decir, quedó como hoy se conoce y fue hasta el año 1714 cuando este territorio se dividió oficialmente de San Pedro, al erigirse como República de Indios.
“El problema de la destrucción parcial del edificio conventual se debió más por una cuestión política entre el obispo y las órdenes religiosas, todos querían acentuar su poder sobre la comunidad y en ese tiempo el virrey dice que no era ilegal porque encontraron la licencia que estaba fachada en Valladolid e indicaba que el convento se había hecho, pero ya no se reconstruyó, sino al contrario se adaptaron las oficinas para la vivienda cural”, sostiene.
“También los franciscanos ya tenían otras miras y otras formas para llevar a cabo sus misiones, pues si bien ellos fueron los primeros en aventurarse en la evangelización del nuevo mundo, la Nueva España, para el siglo XVll había cambiado la espiritualidad que ahora se daba más por misiones populares”, añade.
Finalmente, desde el campanario de la Parroquia de San Andrés Cholula, lugar donde se aprecia lo que fue el convento, el cronista comunica otro pasaje de la historia ocurrida en este lugar:
“San Diego Alcalá era una imagen estofada del siglo XVll, que perteneció a un retablo y dice la leyenda que cuando cerraron el convento, se hizo tan pesada que ni 20 hombres pudieron sacarla, cuando pretendieron reubicarla”.
Nace la “mordida”
Jesús Contreras Hernández, cronista oficial de San Martín Texmelucan y coordinador regional zona 21 del Consejo de la Crónica de Puebla, transmite que este municipio tiene dos parroquias y una de ellas es el templo de Santa María Magdalena, lugar que pertenece al convento.
Desde este recinto religioso asegura que en 1615 fue creado por los Padres Descalzos de la Provincia de San Diego de México y en su interior hay una maravilla poco conocida, que es un lienzo situado en la parte baja del área del coro, cuya peculiaridad es que refleja dos pinturas, es decir una encima de la otra.
“En el primer plano se ve el martirio de los franciscanos que sufren en Jerusalén y se observa viendo a todos sus hermanos cómo son martirizados por el mundo musulmán y árabe, la religión opuesta (…) en esta pintura se ven rostros ocultos, entre ellos una virgen apocalíptica”.
A la existencia del lienzo del siglo XVll, el cronista dice que otro tesoro del convento es el órgano monumental manufacturado en México, pero con tecnología alemana y española, mismo que puede escucharse en la misa de domingo.
Ya en el exterior de esta parroquia, desglosa detalles de la arquitectura de la fachada, en la cual destaca el trabajo indígena, porque hay plumas dibujadas.
Agrega que este convento fue panteón y dejó de funcionar en 1888 y en su atrio descansan los restos de aquellos hombres que en 1861 lucharon contra los conservadores en lo que se llamó la segunda transformación de la guerra de reforma de Texmelucan y terminaron siendo quemados vivos. Este inhumano acto hizo que el Congreso del Estado declarara a San Martín como ciudad.
En el atrio, el historiador también muestra un árbol texmol y resume el origen del toponímico de Texmelucan. Fue sembrado en 1996 cuando se conmemoraron los 400 años de fundación del municipio y fue necesario hacer un micro hábitat para sembrarlo, al darse sólo en los cerros y montañas. Únicamente hay tres en el municipio, éste, otro en el Palacio Municipal y uno más en la entrada principal de San Martín.
Sobre el convento, enfatiza que antes acaparó una superficie aproximada a las 2.5 hectáreas, pero hoy su espacio se reduce a menos de un cuarto de hectárea, ya que lo que eran sus huertos y espacios abiertos fueron comercializados y hoy son propiedad privada.
San Martín era un paso seguro a la Ciudad de México y desde la colonización su vocación fue comercial, al surgir como un lugar de ventas y postas, así como de descanso.
Su crecimiento económico fue mayor de lo que se esperaba y el convento estaba destinado para San Salvador El Verde, pero en 1615 se autoriza que llegué a San Martín y en julio de ese año arranca la obra, se edifica la primera capilla y los claustros.
Entre sus historias hay una que es curiosa. Se dice que por aquí pasaron todos los virreyes, al ser el tramo obligado de Veracruz a México y viceversa, y un lugar seguro eran los conventos porque eran fortalezas.
Para el siglo XVll, en Puebla hay un personaje conocido que es Juan de Palafox y Mendoza, quien primero fue obispo, luego arzobispo y después virrey, pero antes de él llegó don Diego López Pacheco Cabrera y Bobadilla, Marqués de Villeda, que era joven y toma posesión en 1642, pero pronto empieza a gastarse todo el dinero de las arcas de la Nueva España y entonces para tener más recursos crea nuevos cobros.
Él padece una enfermedad en los dientes, se le caían, y ante la falta de dinero es cuando su gente empieza a pedir donativos a todos aquellos que tenían problemas en sus documentos y de ahí empieza la corrupción, pues daban algo a cambio de una dádiva que era para el virrey, quien se entera que en China y Europa ya realizaban dentaduras de cerámica y quería una.
La forma en que pedían esa dádiva era para la mordida del virrey, para comprarle la costosísima dentadura y se quedó a lo largo del tiempo el decir “mordida” al hecho de que ofrezco un trámite, a cambio de un donativo y dentro de nuestra cultura nacional se queda esta palabra para el cohecho y surge justamente de ese virrey, el cual fue preso por Juan de Palafox y Mendoza, en este convento, donde después fue regresado a España.
Otro dato importante que tiene este convento, concluye Jesús Contreras, es un motor de avión que se desplomó en los años 40 del siglo pasado en la zona del volcán Popocatépetl y donde según viajaba la actriz de la época de oro, Blanca Estela Pavón, aunque luego se informó que no pertenece a esa nave, sino a otra.
Fue rescatado por socorristas de la Cruz Roja, quienes justamente desde ese año, usan parte del convento como aparcamiento de sus unidades.