Padres de familia de la escuela primaria Rafael Molina Betancourt protestaron y exigieron la reparación de la institución –ubicada en la colonia Insurgentes de la capital– que fue dañada por el sismo de septiembre de 2017, ya que acusaron que la Secretaría de Educación Pública (SEP) pretende ubicar ahí las oficinas de la Coordinación Regional de Desarrollo Educativo (Corde).
En la protesta, los tutores de infantes dieron a conocer que desde 2017 hubo daños en la barda principal de la institución, así como en un área de las aulas, pero que los estudiantes siguieron tomando clases. No obstante, el 20 de marzo de 2019, tras las erupciones del volcán Popocatépetl se dañó más la infraestructura.
Ante esta situación, dijeron que la directora Mayra Hernández Castillo les informó que por dos semanas tomarían clases –en el turno de la tarde– en la escuela Gonzalo Bautista y que la SEP repararía el plantel.
A casi dos meses de esa promesa, los padres de familia protestaron porque no se han atendido los daños de la escuela.
Asimismo, que en la institución donde fueron removidos –en la colonia La Flor– está lejos de sus viviendas, padecen de inseguridad, la salida es sobre una calle con amplia vialidad donde circulan muchos autos y pone en riesgo a los niños, no tienen servicios de agua y también sufren bullying.
Con el respaldo del Comité de Padres de familia, los tutores informaron que las autoridades les entregaron dos documentos: uno en el que solo se permite ingreso con precauciones porque la barda se encuentra en malas condiciones y el segundo, en el que se refiere que no se puede hacer uso del inmueble.
Los padres de familia señalaron que no existe congruencia con los oficios emitidos por la SEP en coordinación con Protección Civil, por tanto, podría existir un conflicto más grave, que es retirarles el terreno de la institución que fue donada desde hace décadas.