El tiempo sigue corriendo para los concesionarios del transporte público, quienes deben cumplir el próximo 12 febrero con el plazo otorgado por el gobierno del Estado para llevar a cabo la modernización e instalación de equipo de seguridad en sus unidades. Sin embargo, a pesar de la cercanía de la fecha límite, tales medidas de seguridad no han sido llevadas a cabo por los dueños de las unidades, tal como indican usuarios del transporte público entrevistados por EL SOL DE PUEBLA.
Respecto a la modernización y mantenimiento, lo pactado con los concesionarios no se ha cumplido, tal como señala Leticia Sánchez, usuaria de la ruta 38, quien asegura que, en la mencionada línea, los asientos de algunas unidades van atados con cordones para evitar que se desprendan de sus bases metálicas.
A una situación similar se enfrentan los usuarios de “la verde”, refiriéndose a la ruta 44 A Guadalupana (Penitenciaria Pino Suarez), la cual cuenta con unidades en tan mal estado, que incluso algunas ya han perdido gran parte de los asientos.
La falta de higiene dentro del transporte, particularmente la ruta Clavijero, es otra causante de molestia, asegura Lorena, de 22 años, quien agrega que en la mencionada ruta además de que los asientos están rotos, también están muy sucios.
A la par del evidente deterioro físico de las unidades, persisten los ya conocidos malos hábitos de los choferes, que aquejan de manera constante a los usuarios del transporte público.
Como que las unidades se “correteen”, o bien que no respeten las paradas, son las recriminaciones constantes de los pasajeros hacia los operadores. “Nos bajan donde quieren y ni hablar del mal trato”, indica Denisse Merino.
Otra situación que denuncian los entrevistados es que, tanto en el ascenso como en el descenso, las unidades se detienen sobre el arroyo vehicular y no en la banqueta, como debe ser, situación que coloca en peligro de los pasajeros al tener que sortear otros coches para abordar o bajar.
LOS ADULTOS MAYORES SON LOS MÁS AFECTADOS
Dentro del nutrido grupo de usuarios existe un sector que es el más afectado… “el de los adultos mayores”, quienes no son levantados por el transporte ya que simplemente son “pasados de largo” cuando hacen la parada; además, no se les respeta la tarifa preferente y son apurados al bajar, evidencian Juan Cortes y María, una mujer de 75 años de edad.
Por todo esto, los usuarios señalan que el incremento a la tarifa del transporte fue excesivo, y que definitivamente afecta su presupuesto diario, tal como lamenta Juan N., quien dice que al ser 5 miembros en su familia y al pagar 8.50 pesos, todos por igual, su economía se ve afectada.
En cuanto a las medidas condicionadas al incremento a la tarifa del transporte público, implementado desde el 12 de octubre del año pasado, los usuarios consultados por este diario afirman que en las unidades que abordan diariamente aún no se han colocado cámaras de video vigilancia ni tampoco los botones de pánico, a pesar de la inseguridad a la que se enfrentan día con día.
Un caso de esto lo evidencia Estefanía N., quien de manera temerosa relató que hace poco, cuando viajaba en la ruta 10, ella y el resto de los pasajeros fueron víctimas de un asalto y que la actuación del chofer fue simplemente seguir con su recorrido, sin denunciar el hecho a las autoridades.
El sentir general de los usuarios del transporte público se centra en que, si bien los concesionarios no han podido erradicar los problemas antes señalados, mucho menos lograrán implementar las medidas de seguridad pactadas con el gobierno en el tiempo estipulado.
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