Tomás Ortiz, mejor conocido como “El Viejo Trotamundos” falleció este jueves, a las 23:50 horas, por causas naturales, después de que hace 12 años tomó cartulinas con mensajes para generar conciencia en la sociedad de “no tirar basura” y mantener limpia la ciudad de Puebla.
Su hijo, Adrián Ortiz, informó de la partida de su padre y se despidió con una emotiva carta para que su imagen pública sea recordada para siempre.
El Viejo Trotamundos era conocido por quienes caminaban por las calles del centro de la ciudad, pues llamaba la atención por sus mensajes escritos en cartulinas, incluso algunos transeúntes hasta le pedían fotografiarse junto a él.
En algunos carteles se leía: “Hagamos algo, siempre será poco para que nuestro país sea como antes, México limpio”, y “No tirar basura en la calle bastará para que nuestra ciudad esté limpia. Al niño enséñale a ser limpio”.
Su hijo dio a conocer que el Viejo Trotamundos tenía una úlcera en la pierna y que había tenido varias caídas en la vía pública debido a su casi nula vista.
Esta es la carta que el joven escribió en su cuenta de Facebook:
“Despedida a mi papá. Hace casi 12 años tomó un par de cartulinas, un plumón, y después de varios pensamientos, eligió el camino que parecía más difícil para su edad. Un camino que sin duda le daría la vitalidad de permanecer más tiempo entre nosotros. Escribió su mensaje, que a la larga lo identificaría entre el gremio del periodismo como el “Viejo trotamundos”. Engrapó sus cartulinas, las colocó entre un palo de escoba y se encomendó a Dios. Ni siquiera él se imaginó la dimensión de su movimiento, pero fiel a su costumbre, la decisión y el enfoque lo mantuvieron en el camino, incluso en aquellos aciagos momentos, como en los desprecios mediáticos (la nula respuesta de televisoras nacionales), en los repudios ciudadanos (donde pareciera nunca nada ser suficiente), en los malestares físicos (su úlcera en la pierna, esa detestable que nunca cerraba y generaba punzantes dolores), en las caídas en la vía pública (su casi nula vista lo llevó a visitar la acera en más de un par de veces), y a pesar de todo esto, nada lo detuvo. Nada hasta que su cuerpo no se pudo levantar más, hasta que su físico claudicó, y ante esto, su corazón latía con fortaleza, con su mensaje en él, en nosotros; estoy seguro que no nos quería dejar, ni nosotros a él. Sin embargo, al final, erigió su cartel, apoyado en su cinturón por última vez, la misma leyenda que siempre se leía: “No tirar basura en la calle bastará para que nuestra ciudad esté limpia”.
Delante de mí quedaron marcadas todas las pisadas de su andar.
A manera de epílogo, les dejo algún escrito generado a su nombre:
Pensamientos de un Viejo trotamundos
Ay, este dolor no pasa, mi pierna sigue con esta miserable ulcera, Dios no me abandones así. Esta maldita edad, por qué me trajiste tan rápido a los noventa, quédate con mi vista, no me importa, es tuya, te la regalo, poco me dolió dejar de manejar la combi, pero esto si no lo condono, no, qué te cuesta dejarme salir a caminar para pedir una ciudad más limpia, nada te quita que yo siga con mi mensaje. Así, para cuando se te ocurra la maravillosa idea de llevarme, llegue sin ningún reproche que te vaya a estropear el día.
Adrián Ortiz
Dale ME GUSTA Facebook El Sol dePuebla
Regístrate al Whatsapp Noticias