Lograr una ciudad accesible e incluyente para que transiten personas con discapacidad se convirtió en una deuda pendiente de los últimos gobiernos en la ciudad de Puebla, que en el papel construyeron un mundo ideal donde guías, señalética braille y rampas facilitan la movilidad de este sector, pero que la falta de mantenimiento, ambulantes en las calles y la nula empatía de la gente los ubica en una realidad totalmente distinta.
José Guevara, persona con discapacidad visual, intenta abrirse paso con su bastón. Avanza cuatro calles del Centro Histórico y se encuentra con lugares donde ya no existen las guías, pasos más adelante, las huellas son intercambiadas por mobiliario urbano que obstruye el paso.
“Las guías están mal diseñadas, hay tramos en donde el espacio es muy reducido, y no se puede pasar, o está bloqueado por las cajas de la Comisión Federal, otro problema al que nos enfrentamos es la inconsciencia de la gente, los negocios ponen sus carteles o sombrillas en medio de las guías, no dejan pasar y no les importan”, señaló.
Más de 300 mil personas que viven en Puebla con alguna discapacidad se enfrentan a una ciudad poco transitable, además de desafiar la falta de conciencia social sobre la inclusión. Aunque desde 2011 existen disposiciones para garantizar la accesibilidad a personas con discapacidad en las principales calles del Centro Histórico -huellas podotáctiles y señaléticas en braille- mismas que deberían serviles para trasladarse, se convierten en limitantes debido al mal estado en el que se encuentran.
Durante un recorrido por las principales calles del primer cuadro de la ciudad, se pudo constatar que guías están quebradas, con huecos o las lajas ya no existen, esto a lo largo de la 3 Norte.
Pasos más adelante, José se encuentra con un “viejo amigo”, las cajas de sensores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) una vez más se hacen presentes, las rejas sobre el suelo hacen que su bastón se atore entre ellas y le sea imposible seguir el paso, por más que forcejea para sacarlo del enrejado, no lo consigue, por lo que “a tientas” se agacha y continúa con la lucha, minutos más tarde lo logra, sin embargo, esto ha provocado que su pase sea aún más lento y camine con mayor precaución cada cuadra.
“Es un viejo amigo que ya conocía – el enrejado- no es la primera vez que me topo con él, es esto lo que las autoridades no toman en cuenta, hacen las guías como ellos creen, pero no son funcionales para nosotros, además, no solo caminamos por el Centro, hay más lugares donde no hay guías y es aún más complicado caminar”.
Puestos de gorditas, carpas, estructuras de plástico, sombrillas, carritos de jugos y anuncios de los comercios establecidos colocados sobre las guías, invaden el paso entre la 2 Poniente y hasta la 10 Poniente, una vez más, entorpecen el andar de las personas ciegas.
“La gente sabe que estorba, pero no les interesa quitarse del paso, ni siquiera de ayudar o reconocer que está invadiendo la calle, incluso en ocasiones hasta se ponen groseros, porque reciben algún golpe con el bastón”, platicó José.
“El transporte público y el atravesar las calles es un poco más difícil, hay veces en que la gente no te ayuda y lo tienes que hacer solo, las personas se desesperan o incluso se enojan porque lo hacemos despacio. Tampoco hay educación vial, automovilistas no respetan los espacios y nos dificultan el paso”.
LETRAS MUERTAS
El 13 de enero del 2011 el Cabildo aprobó el Manual Técnico de Accesibilidad para construcciones del municipio, mismo que contiene indicaciones básicas para garantizar el desplazamiento accesible de personas con discapacidad visual; aunque se ha avanzado en la adecuación de espacios públicos, a 10 años de su vigencia, las disposiciones no se ven materializadas en su totalidad.
En el compendio se destaca la instalación de semáforos sonoros, señalización táctil o sensitiva para indicar cuando termina una banqueta; la prohibición para vendedores ambulantes de obstruir esta infraestructura y asimismo, la conservación de un espacio libre de ramas y objetos sobresalientes de al menos un metro con 20 centímetros de altura.
De acuerdo con datos del Ayuntamiento de Puebla, al corte de febrero del 2020, En la ciudad de Puebla hay 56.2 kilómetros de guías y según su información, 510 metros están en malas condiciones, es decir, el .90 por ciento de toda la infraestructura que hay en el municipio.
Mientras que 1.66 por ciento, se encontró en condiciones “regulares”, ubicadas en 16 Oriente, 18 Poniente y 20 Poniente.
De acuerdo con la plataforma del Ayuntamiento, al corte de enero 2020, se han instalado 3 mil 53 semáforos en el municipio poblano, sin embargo, no se especifica cuántos de ellos cumplen con la accesibilidad para personas con discapacidad visual.