La falta de recursos económicos, así como la necesidad de estar al pendiente de sus pacientes, ha obligado a los familiares de los enfermos del Hospital para el Niño Poblano (HNP) a colocar cartones, lonas y casas de campaña a las afueras del nosocomio para resguardarse de las inclemencias del clima, así como tener un espacio donde dormir.
Debajo del puente peatonal y una tras otra, es como se observan las “casitas” de los ciudadanos que en su mayoría son originarios del interior del estado, y, que al no tener un lugar donde hospedarse, buscan la manera de albergarse.
El Sol de Puebla realizó un recorrido por el sitio, en el que se observó la necesidad de la gente, pues pese a la lluvia, las altas horas de la noche y la falta de un techo, los familiares de los enfermos esperan noticias frente a la reja del nosocomio ubicado en el Bulevar del Niño Poblano en el municipio de San Andrés Cholula.
Caminar por el lugar es como encontrar una pequeña comunidad, pues entre los mismos ciudadanos se regalan comida, resguardan sus pertenencias o simplemente vocean cuando algún médico busca a algún pariente de los hospitalizados.
Martha Solis, pobladora del municipio de Tlacotepec de Benito Juárez, comentó que desde hace 15 días ella duerme debajo del puente, pues su nieto de nueve años de edad fue internado debido a que le surgieron unos coágulos de sangre en la cabeza, por lo que requiere de una cirugía. Aunque los servicios del hospital son gratuitos, precisó que también les piden medicamentos o insumos médicos, por lo que han gastado más de 10 mil pesos y no pueden gastar en un paraje donde hospedarse.
Por lo anterior es que instalaron una casa de campaña, la cual es propia para poder descansar cuando se pueda.
Aseguró que le han hablado del albergue del nosocomio que se encuentra a media calle, no obstante, relató que hay limitantes para que los familiares puedan quedarse ahí, debido a que no les permiten salir o entrar a altas horas de la noche y les piden que se pongan a ayudar con las tareas del inmueble en lugar de estar atentos de sus pacientes. Por ello opinó que no les conviene.
“Mi mamá nos trajo esta casita de campaña, aquí estamos durmiendo, yo me quedo para acompañar a mi hija o mi yerno, porque entre ellos se turnan para cuidar a mi nieto (…) estamos aquí por cualquier emergencia”, dijo.
A su vez, Sonia Rodríguez, de San Martín Texmelucan, relató que su hija de dos años fue internada por un paro neurológico, por lo que se encuentra en terapia intensiva. Ella es la única que está al cuidado de su pequeña y no la dejan dormir dentro del hospital, fue así que instaló una casa de campaña y durante el día permanece con su hija, pero al llegar la noche duerme en la calle.
Explicó que se encuentra debajo del puente debido a que en cualquier momento pueden solicitarle algún medicamento o su presencia en caso de una emergencia, y al ir al albergue esto se complica. Por tanto, se queda fuera del hospital.
“No tengo cómo irme a otro lado y no quiero porque si me voy no puedo estar al pendiente de mi nena, tiene dos años y su estado de salud es crítico. Si me muevo de aquí puede que me requieran, como estoy sola no hay quien me ayude”, comentó.
Roberto González, originario de Tehuacán, llegó desde hace dos meses al Hospital del Niño Poblano, debido a que su nieta de tres años de edad fue diagnosticada con cáncer en la sangre, al verse en la necesidad de quedarse en la capital tuvo que buscar lonas y hule para techar un espacio debajo del puente peatonal y así tener donde resguardarse del clima.
Aseveró que nunca pensó en dormir en la calle, sin embargo, el estado de salud de su nieta es grave, por lo que se queda en la banqueta para apoyar en caso de alguna emergencia. Relató que en las noches coloca unos cartones en el suelo y se abriga con una cobija, pero al amanecer recoge todo y está al pendiente de lo que los médicos soliciten para la niña.
Expresó que es una situación dura, porque se requieren muchos recursos económicos para sobrevivir, pero se apoyan de la gente que va a regalar comida y café por las mañanas y la noche, pues toda ayuda se suma en una circunstancia difícil.