El Señor de las Maravillas y el Niño Doctor son dos de las imágenes más veneradas en el estado de Puebla y serán las que abran y cierren la procesión de Viernes Santo por la devoción que guardan los fieles.
El Señor de las Maravillas era una imagen que ya tenía un lugar en el convento de Santa Mónica, relató el arqueólogo e historiador Eduardo Merlo Juárez, su primer milagro se atribuye a una mujer que llevaba de comer a su marido en la cárcel y al percatarse que otro reo se quedaba sin alimento, comenzó a llevarle una ración.
Así lo hizo por largo tiempo, pero cuando su esposo salió de prisión no dejó de llevarle comida al otro reo. Al enterarse el marido que su mujer atendía a otro hombre tuvo celos y una mañana al salir con la canasta que tenía el almuerzo, fue detenida por su esposo, quien la cuestionó sobre lo que llevaba.
“El marido le dijo ¿qué llevas ahí? y ella asustada y preocupada le contestó que flores de maravilla para el señor, el marido le dijo ¡qué casualidad! y le arrancó la canasta, cuando cayó estaba llena de flores de maravilla, el hombre dijo perdóname creí que era otra cosa, y ella contestó, perdona tú porque es un milagro y los dos fueron a la imagen de Jesús para llevarle las flores”, explicó.
La imagen del Señor de las Maravillas data del siglo XVII, se encontraba en el convento de Santa Mónica luego que un párroco la rifara entre un grupo de monjas y permaneció en la iglesia sin tanta veneración hasta que sucedió el milagro.
En tanto, la imagen del Niño Doctor data de 1940 y se le atribuyen milagros por los enfermos, el historiador relató que una monja prestaba sus servicios en una clínica de Tepeaca y se hacía acompañar por la imagen, que en todo momento era cuidada por sus compañeros de trabajo.
La monja que auxiliaba a los enfermos comenzó a notar que la imagen tenía los zapatos desgastados y llenos de lodo, pero pensó que era una maldad de sus compañeros, hasta que en uno de sus turnos los pacientes le dijeron que habían sido atendidos por el niño.
“Se dio cuenta que los enfermos le decían, ya pasamos a la bendición del Niño, le decían vi al niño y nos dio las gotas y sí habían sido atendidos, entonces asociaron la imagen a los enfermos y cundió la versión de que era un doctor que se paraba a curar a los enfermos”, detalló.
Tras saber del milagro, se acondicionó una capilla en la iglesia de Tepeaca y conforme creció la devoción, fue llevaba al altar mayor para ser vista por todos los ciudadanos que buscan un milagro y ser curados por el Niño Doctor.