Por segunda ocasión, la obra de la Capilla de Adoración que desde el año pasado se pretende construir en un anexo de la Parroquia de Cuautlancingo provocó que un grupo de pobladores y religiosos enfrentara al párroco Mario Pérez y el encuentro se desarrollara en medio de gritos.
“No estamos de acuerdo, no estamos de acuerdo” fue el grito que se escuchó por feligreses que encararon al párroco cuando pretendía colocar la primera piedra de esta obra.
Después de homilía, se había anunciado que el acto protocolario tendría lugar, pero finalmente ya no se concretó de la manera planeada, pues el grupo inconforme comenzó a reclamar, lo que antes ya habían asentado, que es una supuesta falta de transparencia e información en esta acción de infraestructura.
Algunos inconformes ventilaron su desacuerdo porque esta obra supuestamente generara la reubicación de El Santísimo, hecho que califican como innecesario.
Por momentos la tensión se apoderó de la situación, ya que una serie de reclamos, en su mayoría fue dirigido al párroco y a la Arquidiócesis de Puebla, esta última por la falta de intervención.
Gritos y hasta manotazos se vieron en este enfrentamiento, que fue más verbal que físico causado por la obra referida.
El conflicto concluyó cuando el clérigo junto con varias personas que apoyan la obra, se marcharon a la Parroquia, mientras que los inconformes, a gritos siguieron externando su desacuerdo total.
A través de un oficio que circuló, los inconformes con la obra justificaron que su actuar se debe a una supuesta opacidad en este proyecto, ya que a su decir el padre no ha informado a los fiscales y mayordomos de los pormenores y tampoco de los trámites ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) los cuales vencieron este 1 de mayo para avalar los trabajos en un anexo del inmueble histórico.