/ domingo 24 de febrero de 2019

Florece tejocote entre volcanes

Producción en Tlahuapan alcanza la calidad necesaria para fijar precio a exportadores

Los frutos de tejocote brotan ya en uno de los huertos modelo para los productores de la zona de los volcanes que, Urbano Arteaga Hernández inició hace una década por la necesidad de crear un empleo alterno, sin pensar en que alcanzaría la calidad necesaria para fijar incluso él mismo el precio a los exportadores.

El año pasado la producción de este fruto endémico de la Sierra Nevada ascendió a 500 toneladas, solo de los 23 integrantes de la asociación Productores de Xopallican, pero 120 se comercializaron en el mercado de la nostalgia en Estados Unidos, de las 600 toneladas totales que Puebla envió en 2018.

En 2015, relató, se abrió la oportunidad para exportar y comenzó el peregrinar para que los pequeños propietarios se sumaran a un proyecto que buscaba cubrir la demanda de tejocote en la Unión Americana. El principal problema al que se enfrentó fue al “paternalismo”, dijo. “Iban las personas, pero preguntaban: y qué nos vas a dar”.

El proyecto para lograr la calidad de exportación arrancó ese año con 43 productores que necesariamente debían cubrir pedidos semanales de hasta 20 toneladas; sin embargo, entre los requisitos del país vecino del norte para que ingresen alimentos a su territorio son que deben estar libres de plagas, enfermedades y pesticidas, por lo que comenzó el proceso de renovación de suelos.

Margarito Casas Ochoa, quien forma parte de un “mega proyecto” que integra una cadena de hasta 10 árboles frutales en mil 500 hectáreas, entre ellos nuez de castilla, manzana pinochera, perón o ciruela, comentó que entre los efectos que ha provocado el uso de pesticidas, plaguicidas o fertilizantes, es la reducción de productividad del suelo, el cual además se contamina y se transmite al fruto.

La obligatoriedad de integrar en los procesos de producción agentes orgánicos y biológicos ha impulsado, en el caso del proyecto del tejocote que esta sociedad siembra en 60 hectáreas con cultivos intensivos, que se modifique el uso de agentes químicos, aunque ha sido complicado porque los residuos se han quedado en el suelo.

Sin embargo, la sociedad tendrá que eliminarlos por completo en el año 2020 si quiere seguir exportando a Estados Unidos, pues desde la primera venta, en 2016, tiene hasta cuatro años “de gracia” para retirar todos los agentes químicos que siguen apareciendo en las muestras de laboratorio.

No obstante, Arteaga es optimista pues comentó que debido a las técnicas que se van perfeccionando, desde la siembra, pasando por el corte hasta la selección del fruto, el 70 por ciento de la producción de tejocote tiene calidad de exportación, incluso, nunca un vendedor fija el precio sino el comprador, situación que no aplica a los productos de la sociedad.

XOPALICAN

Xopalican es la marca de los 23 productores que actualmente continúan con el proyecto de exportación. David Luna Nieto, regidor de industria, ganadería y cultura el Ayuntamiento de Domingo Arenas, destacó que los árboles frutales no solo tienen un mejor rendimiento por hectárea, sino que las ganancias para los productores son mayores.

Y es que, mientras una tonelada de maíz se encuentra en alrededor de 3 mil pesos y cada hectárea puede tener rendimientos hasta de 10 toneladas cuando hay tecnificación; en la misma superficie se pueden sembrar hasta 800 árboles de tejocote que dan alrededor de 60 toneladas y cada una de ellas se encuentra en el mercado nacional en un promedio de 4 mil pesos.

Sin embargo, cuando se trata de exportación los valores cambian. Arteaga destacó que el año pasado cada kilogramo exportado se vendió hasta en 16 pesos, lo que significa que cada tonelada les costó a los exportadores 16 mil pesos. “Ellos vienen aquí y les enseñamos el producto. Ellos no fijan el precio sino nosotros. Hay quien nos pide el fruto sin ningún defecto y así se los entregamos”.


ALCANZAR LA CALIDAD

Para alcanzar la calidad de exportación fue necesario comenzar a realizar procesos de remediación de suelo con el uso de agentes biológicos y orgánicos, además de modificar la figura original de los árboles porque los que tiene Arteaga en su parcela, poseen la característica de que todos los frutos reciben la luz solar.

Asimismo, se han agilizado los procesos de corte porque las ramas crecen horizontalmente para que los trabajadores no tengan por qué perder tiempo. También, la tecnificación incluye la reutilización de los residuos a través de un proceso de trituración que termina en los suelos como abono natural. La parcela ha sido objeto de estudio por instituciones de educación superior.

Mientras tanto, en el siguiente año el proyecto pretende cumplir las 17 recomendaciones de las autoridades estadounidenses para continuar con las exportaciones, entre las que se encuentran cercar terrenos, construir áreas especiales para preparar agroquímicos, sanitarios o de depósito de residuos.

Para los próximos cinco años, los Productores de Xopallican buscarán aumentar su producción hasta en 2 mil toneladas de tejocote, con un alto porcentaje de calidad de exportación.

En 2017 Puebla se colocó como líder productor de tejocote con nueve de cada 10 frutos que se consumieron en México y el volumen total fue de 4 mil 194 toneladas, que representan el 94 por ciento del país, es decir, que la unión de Xopallican aporta actualmente el 11.9 por ciento del total del fruto del estado.

Los frutos de tejocote brotan ya en uno de los huertos modelo para los productores de la zona de los volcanes que, Urbano Arteaga Hernández inició hace una década por la necesidad de crear un empleo alterno, sin pensar en que alcanzaría la calidad necesaria para fijar incluso él mismo el precio a los exportadores.

El año pasado la producción de este fruto endémico de la Sierra Nevada ascendió a 500 toneladas, solo de los 23 integrantes de la asociación Productores de Xopallican, pero 120 se comercializaron en el mercado de la nostalgia en Estados Unidos, de las 600 toneladas totales que Puebla envió en 2018.

En 2015, relató, se abrió la oportunidad para exportar y comenzó el peregrinar para que los pequeños propietarios se sumaran a un proyecto que buscaba cubrir la demanda de tejocote en la Unión Americana. El principal problema al que se enfrentó fue al “paternalismo”, dijo. “Iban las personas, pero preguntaban: y qué nos vas a dar”.

El proyecto para lograr la calidad de exportación arrancó ese año con 43 productores que necesariamente debían cubrir pedidos semanales de hasta 20 toneladas; sin embargo, entre los requisitos del país vecino del norte para que ingresen alimentos a su territorio son que deben estar libres de plagas, enfermedades y pesticidas, por lo que comenzó el proceso de renovación de suelos.

Margarito Casas Ochoa, quien forma parte de un “mega proyecto” que integra una cadena de hasta 10 árboles frutales en mil 500 hectáreas, entre ellos nuez de castilla, manzana pinochera, perón o ciruela, comentó que entre los efectos que ha provocado el uso de pesticidas, plaguicidas o fertilizantes, es la reducción de productividad del suelo, el cual además se contamina y se transmite al fruto.

La obligatoriedad de integrar en los procesos de producción agentes orgánicos y biológicos ha impulsado, en el caso del proyecto del tejocote que esta sociedad siembra en 60 hectáreas con cultivos intensivos, que se modifique el uso de agentes químicos, aunque ha sido complicado porque los residuos se han quedado en el suelo.

Sin embargo, la sociedad tendrá que eliminarlos por completo en el año 2020 si quiere seguir exportando a Estados Unidos, pues desde la primera venta, en 2016, tiene hasta cuatro años “de gracia” para retirar todos los agentes químicos que siguen apareciendo en las muestras de laboratorio.

No obstante, Arteaga es optimista pues comentó que debido a las técnicas que se van perfeccionando, desde la siembra, pasando por el corte hasta la selección del fruto, el 70 por ciento de la producción de tejocote tiene calidad de exportación, incluso, nunca un vendedor fija el precio sino el comprador, situación que no aplica a los productos de la sociedad.

XOPALICAN

Xopalican es la marca de los 23 productores que actualmente continúan con el proyecto de exportación. David Luna Nieto, regidor de industria, ganadería y cultura el Ayuntamiento de Domingo Arenas, destacó que los árboles frutales no solo tienen un mejor rendimiento por hectárea, sino que las ganancias para los productores son mayores.

Y es que, mientras una tonelada de maíz se encuentra en alrededor de 3 mil pesos y cada hectárea puede tener rendimientos hasta de 10 toneladas cuando hay tecnificación; en la misma superficie se pueden sembrar hasta 800 árboles de tejocote que dan alrededor de 60 toneladas y cada una de ellas se encuentra en el mercado nacional en un promedio de 4 mil pesos.

Sin embargo, cuando se trata de exportación los valores cambian. Arteaga destacó que el año pasado cada kilogramo exportado se vendió hasta en 16 pesos, lo que significa que cada tonelada les costó a los exportadores 16 mil pesos. “Ellos vienen aquí y les enseñamos el producto. Ellos no fijan el precio sino nosotros. Hay quien nos pide el fruto sin ningún defecto y así se los entregamos”.


ALCANZAR LA CALIDAD

Para alcanzar la calidad de exportación fue necesario comenzar a realizar procesos de remediación de suelo con el uso de agentes biológicos y orgánicos, además de modificar la figura original de los árboles porque los que tiene Arteaga en su parcela, poseen la característica de que todos los frutos reciben la luz solar.

Asimismo, se han agilizado los procesos de corte porque las ramas crecen horizontalmente para que los trabajadores no tengan por qué perder tiempo. También, la tecnificación incluye la reutilización de los residuos a través de un proceso de trituración que termina en los suelos como abono natural. La parcela ha sido objeto de estudio por instituciones de educación superior.

Mientras tanto, en el siguiente año el proyecto pretende cumplir las 17 recomendaciones de las autoridades estadounidenses para continuar con las exportaciones, entre las que se encuentran cercar terrenos, construir áreas especiales para preparar agroquímicos, sanitarios o de depósito de residuos.

Para los próximos cinco años, los Productores de Xopallican buscarán aumentar su producción hasta en 2 mil toneladas de tejocote, con un alto porcentaje de calidad de exportación.

En 2017 Puebla se colocó como líder productor de tejocote con nueve de cada 10 frutos que se consumieron en México y el volumen total fue de 4 mil 194 toneladas, que representan el 94 por ciento del país, es decir, que la unión de Xopallican aporta actualmente el 11.9 por ciento del total del fruto del estado.

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