Fernanda, Jessica, Andrea e Hilario son jóvenes que han encontrado en la realización de tatuajes, el diseño de uñas y las perforaciones, un espacio donde realizarse laboralmente y que les permite ciertas flexibilidades desde que asumieron el riesgo de dirigir sus propios negocios, pues aún con la llegada de la pandemia, pudieron sobrevivir a ella, lo cual refleja las necesidades de las nuevas generaciones.
Jessica y Fernanda, son dos jóvenes de 26 años de edad, que pensando en la forma de maternar a sus pequeños, lograron crear un espacio lleno de arte y muy íntimo, para que quienes acudan a realizarse un tatuaje o un diseño de uñas, encuentren un lugar donde relajarse y en donde no se sientan cómodos.
Fernanda tenía 11 años cuando acompañó a su madre a una sesión de tatuaje, momento que la definió en lo que quería ser; a los 17 adquirió su primer equipo para tatuar y en el taller de su abuelo, marcaba a sus amigos. A partir de los 22 años ingresó a un estudio de tatuaje, y en este 2021 ella se ha independizado en un espacio compartido con Jessica, quien diseña uñas en un mercado casi nuevo en cuanto a la tendencia que maneja, pues lo suyo es básicamente un tatuaje, trasladado a las uñas.
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Andrea se dedica a hacer perforaciones, sin embargo, se encuentra aprendiendo de la mano de Hilario el arte del tatuaje, debido a que muchas veces, clientes mujeres buscan la mano femenina para realizar sus diseños.
Hilario Figueroa o “Hilagrio Barbafea”, tenía 14 años de edad cuando descubrió su gusto y pasión por los tatuajes, aunque en el año 2008 inició “talacheando” en el estudio Cicatriz, uno de los más importantes que hubo en el estado de Puebla, no fue hasta 2017 que tomó de lleno el gusto por el tatuaje y se inició ya en forma, agradeciendo este momento a su pareja, la cual para él fue fundamental en la construcción de este proyecto llamado Ragnarok Tatto, el cual abrió un 20 de febrero del 2020 justo un mes antes de la llegada de la Covid-19.