En cuestión de segundos agua y lodo inundan las casas en la colonia San Diego Manzanilla, al norte de la ciudad. A los colonos les toma alrededor de 10 horas limpiar sus casas después de una lluvia de 1 hora.
La noche de este sábado 22 de agosto la lluvia cayó con fuerza en esta colonia de la capital afectando a más de 20 familias que en repetidas ocasiones han pedido ayuda del gobierno del estado, pero han sido ignorados por años.
Francisco vive en la colonia San Diego Manzanilla desde hace tres décadas y manifestó que año con año las casas se han inundado, aunque el problema se agravó cuando los asentamientos comenzaron a extenderse, pues las alcantarillas nunca fueron reemplazadas por otras de mayor tamaño.
En entrevista con El Sol de Puebla, Francisco comentó que llevan años contemplado la posibilidad de construir una barda en la calle Amapola para hacerla una cerrada y evitar que el agua del drenaje siga llenando las casas, sin embargo, ni el Ayuntamiento ni el Gobierno estatal se lo han permitido.
De la misma forma, Don Carlos, quien vive en la colonia desde hace más de 20 años, expresó su hartazgo ante la situación que se repite cada que un nuevo chubasco azota la ciudad, pues a pesar de hacer modificaciones a sus hogares, el agua de drenaje sigue afectando su patrimonio.
Cabe destacar que apenas hace dos meses los vecinos de San Diego Manzanilla sufrieron otra inundación que dejó a dos familias sin poder habitar sus hogares debido a que agua y lodo que sale de las alcantarillas llenaron los cuartos dejándolos inhabitables.
Las casas más afectadas de San Diego Manzanilla se encuentran a pocos metros de la autopista México-Veracruz, por lo que Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) se encargaba de desazolvar el camino del agua hacia el canal de una barranca que recolectada el agua pluvial.
Sin embargo, denunciaron que hace casi siete años que esto no ha vuelto a suceder, de forma que el agua termina estancada a las orillas del camino y los imposibilita para caminar hacia donde normalmente toman el transporte.
Además, coincidieron en que las lluvias presentan cada vez más precipitación, pues ahora deben sacar de sus casas casi 60 centímetros de agua y tierra de sus hogares.
Las casas que antes estaban construidas a nivel del suelo, quedaron bajo un metro de tierra que fue arrastrada por la corriente y aunque cada año los vecinos de San Diego Manzanilla levantan un poco más sus construcciones, la naturaleza les ha ganado la lucha por espacio.