Entre carencias, inmuebles deteriorados y falta de servicios básicos transcurre la vida diaria de cientos de familias que habitan en las vecindades poblanas, la cuales hoy se encuentran en el olvido.
Doña Martha, habitante de una vecindad ubicada en la 7 Norte 2211, asegura que “hoy la gente ya no es la misma” y recuerda con nostalgia aquellos días en los que todos los vecinos se reunían para celebrar las fechas importantes o cuando los niños salían a jugar canicas con sus amigos sin temor a la inseguridad.
Ahora los inquilinos nuevos tienen que lidiar con las paredes viejas y la falta de servicios indispensables como el agua, por lo que se ven en la necesidad de comprar pipas y acarrearla con cubetas para poder cubrir sus necesidades básicas.
Asimismo, a diario deben hacer frente a los problemas de inseguridad que se registran en estas zonas, algunas de las cuales son consideradas de las más peligrosas de la ciudad.
Por si esto fuera poco, algunos habitantes viven con el miedo constante en su propio hogar, pues tras los fuertes sismos registrados en el país, los techos y paredes de sus viviendas quedaron fracturados y hasta la fecha siguen esperando la reparación.