Desoladas, sin ambulantes y con pocos negocios abiertos, así se observaron las principales calles de la ciudad para el festejo del 15 de septiembre en Puebla debido a la pandemia del coronavirus.
De acuerdo con un sondeo realizado por este medio, el alto número de elementos policíacos, además de las barreras metálicas que se implementaron fueron factores que influyeron en la afluencia de personas. Ante ello, el ingreso solo estaba permitido a los comensales que disfrutarían la Noche Mexicana en el primer cuadro del Centro Histórico. Por lo que, autoridades implementaron la toma de temperatura y proporcionaron gel antibacterial como medidas preventivas ante el Covid-19.
Afuera de los establecimientos, se dejó ver al personal vestido con trajes típicos y a la espera de comensales, ya que esta noche esperaban recuperar las ventas tras varios meses de cierre.
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Por su parte, Elías Elena Martínez del restaurante La Porfiriana aseveró en entrevista con El Sol de Puebla, que de los 22 lugares disponibles que representan el 30% de su capacidad, solo 4 personas se encontraban en el lugar; ya que, en comparación con años anteriores, este fue un festejo que quedará marcado en la economía del lugar.
"La restricción por la pandemia, la lluvia y el cierre del zócalo fue lo que causó que la gente no llegue, veo muy difícil que esto se llene, pero esperamos que sí se haga", señaló.
En tanto, las cafeterías y taquerías mantenían las mesas y sillas vacías, a pesar de que los meseros y demás personal invitaban a pasar, la situación no mejoraba, por lo que algunos gerentes señalaron que cerrarían antes de la una de la mañana por la falta de comensales.
A pesar de que el zócalo se encontraba lleno de colores patrióticos y adornos emblemáticos, la gente no pudo ingresar, pues solo se permitió que pocas personas se quedaran en las esquinas del lugar, donde desde lejos y con ganas de disfrutar del evento, familias completas buscaron un pequeño lugar para no perderse el tradicional Grito de Independencia, así como los fuegos artificiales.