Los poblanos vivieron un partido lleno de emociones durante las dos horas que estuvieron atentos al televisor donde pudieron presenciar el triunfo de México sobre Alemania y donde la emoción, la tensión, nerviosismo y drama los acompañó a lo largo del partido.
Eran las 10:00 horas cuando arrancó el juego en Moscú y al mismo tiempo, restaurantes, bares, plazas comerciales y en cuanto lugar estuviera disponible para presenciar el partido, la afición poblana estaba a la expectativa de cada una de las incidencias del encuentro.
Los vitores, porras, abucheos, gritos y demás, estuvieron presentes en cada persona, esperando se consiguiera un “milagro del futbol”, de aquellos que no todos los días se logra.
“Ya un empate es bueno, es Alemania, veremos lo que pasa”, decían algunos, “tienen que echarle ganas, Lozano es bueno, Vela, Guardado y el Chicharito, tienen que demostrar”, decían otros.
Así los minutos fueron pasando hasta que llegó el marcado para la historia, el 34´, cuando Hirving Lozano convirtió el 1-0 para México, la algarabía no se hizo esperar en todos los frentes, se le estaba ganando al campeón del mundo y candidato para repetir la hazaña.
Las caras de todos eran de felicidad plena, no daban crédito del gran juego que el TRI estaba realizando en Luzhniki.
En tanto, la misma de 10:00 de la mañana estaba por concluir y varias iglesias estaban semivacías, era la hora del partido. Los restauranteros podían respirar, sus ventas se elevaron en comparación de días anteriores, todos estaban atentos al partido, mientras que las calles y avenidas de la ciudad en su mayoría lucían desiertas.
Llegó el segundo tiempo, poco después de las 11:00 horas y el partido siguió avanzando, mientras los alemanes buscaron por todos los medios la igualada en el marcador, México soportaba los embates y con ello, los rostros de angustia, drama y al borde de las lágrimas, se hacían presentes en la afición poblana.
Cuando llegó la culminación del juego, todos se enfundaron en un abrazo solidario, los unos a los otros, quizás en la vida se habían topado o conocido pero era lo menos importante, la afición festejó un triunfo sobre el campeón del mundo y después, el inicio del festejo histórico.