Frenan enseñanza de náhuatl a los hijos por “no ser útil”

Belén Cancino

  · martes 8 de agosto de 2017

Foto: El Sol de Puebla

Irene  Rivera Carbarín, nacida en San Pedro Zacachimalpa,junta auxiliar náhuatl, no habla ninguna lengua originaria, y,aunque dentro de sus conversaciones diarias pronuncia palabrasnaturales, hubiera querido aprender a comunicarse totalmente pormedio de esta lengua; sin embargo, sus padres no se la enseñaroncon el argumento de que “no era útil saberla”.

En el municipio de Puebla, el 4.05 por ciento de la gente es dehabla indígena y 1.5 por ciento de dicha cantidad se comunica–únicamente- por medio de su idioma, según la EncuestaIntercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística yGeografía (Inegi).

El 9 de agosto se celebra el  Día Internacional de los PueblosIndígenas, y en la capital poblana, de un millón 507 mil 95habitantes, 61 mil 37 (4.05 por ciento) son de habla indígena,mientras que –de estos- 964 se comunican solamente a través deesta, es decir, no hablan castellano.

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Acahuale, chicalote (nombres de plantas) y chiquihuite (canastotejido con tule) son tan solo algunas de las palabras que doñaIrene, como le dicen en la comunidad -con no más de 4 milhabitantes, quienes se conocen por lo menos de rostro-, pronunciaen sus conversaciones diarias y que pertenecen al mexicano onáhuatl.

Esto, porque en su cultura y costumbres son fieles a la medicinatradicional, y para aliviar un dolor de estómago, de garganta yhasta una herida ella utiliza hierbas que igual están en sujardinera que en el monte, mismas que, según los relatos queofreció a El Sol de Puebla, le salvaron la vida hace variosaños.


UN IDIOMA QUE NOSIRVE


Rafael Moreno Maravillas, investigador etnográfico ycolaborador de la Comisión de Asuntos Indígenas del Ayuntamientode Puebla, explicó que gran parte de la gente mayor que habita enla junta auxiliar argumenta que sus padres no les enseñaronnáhuatl porque se trata de un idioma que no sirve.

Las razones, explicó, se deben a que, cuando comenzaron atrabajar en las haciendas que se encuentran cerca de la juntaauxiliar, los patrones se comunicaban con ellos en castellano, yaprendieron un nuevo idioma.

Entonces, poco a poco, decidieron que sus hijos, entre ellosdoña Irene, hablaran español en lugar de náhuatl. Sin embargo,dijo que, como parte de sus investigaciones, se ha dado cuenta deque las personas mayores aún querían hablarlo, y las nuevasgeneraciones también expresan interés por el idioma.

En la junta auxiliar de San Pedro Zacachimalpa ya casi no existenadie que hable mexicano; todos, aun las personas de la terceraedad, se comunican en español. El fenómeno que se presenta entresus habitantes es que algunos de ellos solo entienden unas cuantasfrases cuando les hablan en mexicano, pero no pueden conversar.

Se trata de una práctica que han perdido con el tiempo, puesincluso las generaciones más jóvenes pueden hilar algunas frasesen su lengua originaria, pero muchos de ellos prefieren negar quela saben.


LA DISCRIMINACIÓN TERMINACON SUS RAÍCES


Parte de la pérdida de su identidad se debe a ladiscriminación. Muchas personas prefieren no hablar la lengua portemor a las críticas de la sociedad, que, al escucharloscomunicarse en náhuatl, busca utilizar adjetivos que losofendan.

Por lo anterior, quienes todavía hablan en lengua originariaocultan sus conocimientos y evitan hacer saber a la gente inclusoque son bilingües.

“La gente al dirigirse a los pueblos indígenas lo hace deforma discriminatoria porque son llamados incorrectamente comoindios. A la lengua se le dice dialecto, cuando las lenguasoriginarias son idiomas, como el español y el inglés”, expresoMoreno Maravillas.


LAS TRADICIÓN MÁSIMPORTANTE ES LA PEDIDA DE LA NOVIA


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“Eran otros tiempos”, expresó doña Irene, sentada en sucasa junto a un gran fresno, al evidenciar que no solo la lengua seha perdido en la comunidad que la vio nacer hace 85 años, sinotambién sus tradiciones, y algunas de las más importantes tienenque ver con la veneración de imágenes religiosas.

El 27 de julio se celebra la fiesta patronal de San PedroZacachimalpa, y la tradición dictaba hacer ofrendas a su santo conel uso de mazorcas, que representan las raíces prehispánicas,así como lanzar pirotecnia al aire, y, aunque la celebración nose ha terminado, las fiestas ya no son como antes: “Eran otrostiempos”, expresa.

Si bien se han perdido muchas de las costumbres, todavía hayuna que se mantiene bien arraigada entre las parejas próximas acontraer nupcias: los padres y padrinos del novio asisten a casa desus consuegros cargando un chiquihuite lleno de pan, licores, yflores como una especie de ofrenda para pedir perdón porque lahija que pronto cambiará de hogar.

El trato, a pesar de que los novios son quienes se eligen, selleva a cabo entre los padres y compadres. El pan se ofrece a lamadre; el licor, al padre, y las flores son para la novia. Aunquelos elementos también comienzan a cambiar: ahora, en ocasiones,entregan un canasto con galletas, refrescos y flores. En la boda,si llega a concretarse, realizan el “baile del guajolote”, quees el principal ritual en la gran fiesta.

Moreno Maravillas explicó que este tipo de rituales consistenen aprendizajes que las comunidades obtuvieron desde la épocaprehispánica. Con el paso del tiempo se han ido modificando yadaptando a las necesidades y condiciones de los pueblos, perosiguen siendo prácticas que refuerzan las raíces de lascomunidades originarias.

“Existen ciertas tradiciones que vienen desde los pueblosprehispánicos y que nosotros las reproducimos y los mantenemos,muchas veces sin saber que el origen es de los pueblosprehispánicos, aunque ahora vivimos una fusión entre la religióny la cultura que nos hacen modificar nuestras costumbres”,explicó.

Por otra parte, el investigador dijo que otra de las creenciasque entre los ancianos se mantiene intocable sostiene que las almasde los difuntos siguen conviviendo entre los vivos, y, a pesar deque las personas ya no están en carne y hueso, sus ánimaspermanecen. Esta idea es más fuerte en la fiesta de Día deMuertos.


LA MEDICINA TRADICIONALFUE SUSTITUIDA POR LAS FARMACIAS


Con un vestido de flores y unos lentes con graduación, doñaIrene enuncia una lista de plantas que podrían ser utilizadas parael dolor de estómago y la diarrea, las heridas o problemasrespiratorios: hierbabuena, manzanilla, raíz de malva, anísestrella, zompantle, árnica, sábila, eucalipto, bugambilia,durazno, epazote, granada o hueso de aguacate.

Cuando era niña, recuerda, en el monte no era difícilencontrar estas plantas, que se fusionan con agua, se mastican o seaplican en la piel para curar todo tipo de padecimientos,prácticas que las comunidades prehispánicas tenían parasanarse.

Ahora -dice con una sonrisa sarcástica, junto con su nueraCatalina Zenteno- en cada esquina, aun en la comunidad, hay unafarmacia. Todos, sostiene, incluso por un pequeño dolor, compranmedicamentos preparados en laboratorios y han dejado de lado lamedicina tradicional.

Hace varios años un intenso dolor de estómago la aquejó.“Sentía morir”, indica doña Irene, y lo único que hizo fuepedir que le prepararan un té de hierbabuena. “Los retortijoneseran insoportables”, expone, y en cuanto tomó unos tragos lamolestia aminoró, y a los pocos minutos se alivió porcompleto.

En el municipio de Puebla, explicó el investigador, lascomunidades que todavía se consideran como indígenas y donde seconcentra la mayor cantidad de población originaria son LaResurrección, San Miguel Canoa y San Andrés Azumiatla.

De acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015, el 24.34 por cientodel total de habitantes en la capital poblana se considera comoindígena, lo que se traduce en 383 mil 661 personas, mientras queel 71.71 por ciento no se contempla como perteneciente acomunidades indígenas, lo cual representa un millón 130 mil 335personas.


LA DISCRIMINACIÓN TERMINACON SUS RAÍCES


Parte de la pérdida de su identidad se debe a ladiscriminación. Muchas personas prefieren no hablar la lengua portemor a las críticas de la sociedad, que, al escucharloscomunicarse en náhuatl, busca utilizar adjetivos que losofendan.

Por lo anterior, quienes todavía hablan en lengua originariaocultan sus conocimientos y evitan hacer saber a la gente inclusoque son bilingües.

“La gente al dirigirse a los pueblos indígenas lo hace deforma discriminatoria porque son llamados incorrectamente comoindios. A la lengua se le dice dialecto, cuando las lenguasoriginarias son idiomas, como el español y el inglés”, expresoMoreno Maravillas.