Bajo consignas como “Fuera las pipas de agua por conductores irresponsables”, “Exigimos seguridad”, y “¿Necesitamos otro accidente para que nos escuchen?, no al estacionamiento de pipas de agua”, vecinos de la privada Popocatépetl de la colonia Volcanes denuncian hartazgo por tener que aguantar los inconvenientes que la descarga de pipas de agua en la facultad de Estomatología de la BUAP ha originado.
Beatriz Vázquez representante de los vecinos afectados asegura que llevan años con el problema principalmente porque los conductores de las pipas entran sin ningún cuidado y sin precaución a la privada, que está justo detrás de la faculta entre 27 y 31 poniente.
La toma de agua se encuentra frente al número 2725, donde se ubica la casa de la señora, quien asegura que “las pipas son unos camiones enormes que vienen desde 5 de la mañana, y durante todo el día, han roto el pavimento, yo creo se sume por el pesos de las mismas, además mientras una descarga otra está atrás estacionada”.
Dice que no sabe por qué la universidad consume tanta agua, incluso en estos momentos de pandemia, las pipas no han dejado de suministrar el líquido.
“Los vecinos de la privada siempre estamos lidiando con los choferes, un día una estuvo a punto de prensarme porque dio vuelta a toda velocidad. Pero el peor accidente fue la semana pasada cuando una pipa se hecho de reversa para alcanzar la toma de agua y tiro un poste de luz”, expone.
“Gracias a los cable el poste no se cayó sobre la barda, quedó suspendido y el árbol sostuvo varios de los cables (de servicios), lo reportamos al 911 porque estaba sacando chispas, estaba explotando y nos dio mucho miedo, hablamos a la policía, a bomberos, pedíamos auxilio porque fue una explosión muy fuerte”, advierte.
Beatriz dice que afortunadamente acudieron de la Comisión Federal a retirar el poste y estuvieron toda la noche sin energía eléctrica hasta la 7 de la mañana en que se restableció. Hartos de la situación los vecinos se pusieron de acuerdo para pegar carteles en el portón trasero de la universidad con sus demandas.
“Tal vez ellos no son conscientes del daño que nos provocan y no es de hoy, llevamos años batallando con este problema de las pipas. Le pedimos a la universidad que les den un espacio a las pipas dentro de las instalaciones, ellos tienen un área muy muy grande donde pueden descargarle el agua”, sentencia.
El día que se cayó el poste, Beatriz dice había muchos autos estacionados pero afortunadamente no se cayeron sobre personas o sobre los mismos automóviles.
Juan Calos Villagómez es otro de los vecinos de la privada que solicita a la universidad que se arregle este asunto de la mejor manera posible y cuanto antes. También señala que ahora que es temporada de lluvias el pavimento se estropea más y se forman socavones que, aunque ayuntamiento los tape, se vuelven a formar por el tránsito de los vehículos y por el peso de las pipas.