Los vendedores de gas LP son otros de los trabajadores que no pueden quedarse en su casa durante esta pandemia, ya que este servicio es vital para calentar agua o para cocinar. Estos hombres tienen familia que los espera en sus casas y tienen miedo del coronavirus, pero su trabajo también es fundamental para hacerle frente a la contingencia sanitaria.
Gerardo Luna Gómez tiene 27 años y desde hace 10 trabaja vendiendo tanques de gas LP, compartió a El Sol de Puebla que hoy en día las ventas han bajado considerablemente ya que varias familias se previnieron y compraron más de dos tanques y otro gran porcentaje de personas, dejaron de comprar los cilindros porque se quedaron sin dinero.
“Son muy bajas las ventas, al inicio de la contingencia muchos se abastecieron de gas, de dos a tres tanques y esta semana también mucha gente nos ha dicho que se ha quedado sin dinero, nos han pedido fiado y qué más quisiéramos, pero nosotros también andamos al día”, explicó.
En suma, estos cilindros han subido de precio, las últimas dos semanas han elevado en 30 pesos, lo que ha complicado las ventas y aseguró que no pueden bajarle su costo ya que no depende de ellos, sino de las altas utilidades.
“Tratamos de cuidarnos mucho, ocupo alcohol y gel en las manos, además del cubrebocas, pero es muy difícil por la gente ya que ellos no tienen los cuidados necesarios y nos exponemos al entrar a sus casas”, indicó.
Por su parte, Sergio Robles compartió a este medio que acaba de cumplir 31 años y tiene tres hijos, quienes lo han motivado a seguir trabajando pese a la emergencia sanitaria. Tiene miedo de enfermarse y por eso ha incrementado sus medidas de higiene, sin embargo, ha notado que la gente no sigue las medidas de sanidad recomendadas.
“Estamos trabajando durante la contingencia ya que tengo familia y porque el gas es un recurso de primera necesidad. Tenemos que cumplir con nuestro trabajo, pero el servicio ha disminuido un poco, muchas personas se quedaron sin trabajo y nos dicen que no tienen para pagarlo”, compartió.
Además de usar cubrebocas, usan gel antibacterial y desinfectan sus artículos contantemente con cloro, tratan de cumplir la sana distancia cuando entregan este cilindro y ocupan guantes. “En mi casa me espera mi esposa y mis tres hijos, me dicen que tenga cuidado, que haga caso a todas las medidas de prevención y yo lo hago porque quiero estar bien para ellos”, concluyó.