Con 34 votos a favor y tres en contra, el Congreso del Estado aprobó la reforma constitucional que permitiría a la gobernadora electa, Martha Erika Alonso Hidalgo, rendir protesta en el cargo ante el presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Héctor Sánchez Sánchez y no ante los diputados de la siguiente legislatura, que en su mayoría serán del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Partido del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES).
El dictamen sometido a votación y aprobado en la última sesión ordinaria del Congreso fue propuesto por la Junta de Gobierno y Coordinación Política, con el aval de los diputados del PT, Lizeth Sánchez García y Mariano Hernández Reyes, que formaron parte de la coalición “Juntos haremos historia” que hoy tiene impugnado el resultado de la elección a la gubernatura.
Sin embrago, Hernández Reyes se retractó y votó en contra con el argumento de que inicialmente le habían dicho que se trataba de una homologación con la ley federal, sin embargo, al revisar a fondo la iniciativa se dio cuenta que podría haber otros intereses políticos.
“Yo voy en contra de la iniciativa, la realidad es que un servidor lo comentó. De repente ponen un esquema diferente que nosotros no habíamos aprobado, por eso voy en contra. Nos plantearon una homologación federal y eso es válido, pero ya en el esquema de cómo viene en lo particular un servidor no está de acuerdo y por eso voy en contra”, expuso en entrevista.
Quienes también se opusieron a esta propuesta fue la diputada Socorro Quezada Tiempo, del PRD, y Julián Peña Hidalgo, sin partido, luego de que ambos tomaron la tribuna para exigir que se bajara ese punto de acuerdo dentro de la orden del día, sin embargo, fueron ignorados y por mayoría se aprobó la reforma constitucional.