Gobiernos pasan y nosotros seguimos igual de pobres, ya no trabajamos el campo porque no hay agua, tenemos que salir a trabajar en la construcción, mientras las mujeres compran maíz para hacer y vender tortillas, dijo don Silvano Cruz Rojas, habitante de San Miguel Espejo.
En condiciones precarias viven los habitantes de esta inspectoría que pertenece al municipio de Puebla, segundo lugar nacional con más personas en situación de pobreza, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Ahí quien no se dedica a la construcción, tiene que comprar maíz para hacer y vender tortillas en la ciudad, los más jóvenes estudian y en vacaciones se emplean en lo que sea.
“Ni para poder sembrar maíz, frijol, ya todo es caro, principalmente para la manutención de los trabajos, lo que necesitamos es un cambio, pero de raíz, a lo mejor sembrar plantas frutales, que alguien nos asesore para que podamos producir ganancias”, dijo Silvano.
Además de que falta empleo, agua y un centro de salud, San Miguel Espejo carece de patrullas, lo que ha permitido que recientemente se hayan encontrado cuerpos en las orillas de la comunidad que presuntamente son tirados por grupos delincuenciales que se dedican al robo de combustible.
Pero además personas ajenas a la inspectoría se han robado ganado y sin estos animales resulta más difícil subsistir, pues el dinero que las personas de la tercera edad reciben del gobierno federal no alcanza, incluso a algunos les fue retirado el apoyo de los programas sociales y para poder acceder a ellos tienen que pagar una comisión a los vecinos que hacen el registro.
De los gobiernos municipales no hay opiniones positivas porque todos han prometido más recursos para agua potable, pavimento y vivienda, y los únicos beneficiados son los líderes de agrupaciones que movilizan personas y programas en cada elección.
“Nos engañaron que iban a poner agua, hace como dos años, no hay nada de agua. Los líderes y el inspector no reparten los apoyos, nomás juntan a su gente y los escogen, no es parejo”, afirmó doña Paula, mientras apedreaba a un borrego que comía el pequeño huerto de maíz que sembró junto a su cuarto que fue construido por el gobierno del extinto Rafael Moreno Valle.
El agua que abastece a los habitantes de San Miguel Espejo la compran por pipas que cuestan 250 pesos al mes porque el líquido lo extraen de un solo pozo. “Los candidatos vienen nomás para que los apoyemos con votos y nunca regresan. Ese cuartito es de los que dio el gobierno del PAN, de Moreno Valle, aquí trabajó mucho, todo lo que prometió daba, dio (tinacos) rotoplas, las tapaderas”, dijo la habitante.
El inspector José Armando Romero Rojas confirmó que existen carencias y que a la fecha la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, no ha dado continuidad a los proyectos que anteriores gobiernos prometieron, como la construcción de un centro de salud, cuya viabilidad de la obra fue autorizada por el ex edil y ex gobernador Antonio Gali Fayad.
“Tony Gali hizo un compromiso público aquí en su campaña, seguí el procedimiento, el secretario de Salud me dio el visto bueno de viabilidad, ahora me dicen que ya no. El que nos da el servicio de salud es el CESSA (Centro de salud con servicios ampliados) de Xonacatepec”, afirmó.