Pese a que el Gran Telescopio Milimétrico “Alfonso Serrano” (GTM) logró, por primera vez en la historia, capturar la imagen de la sombra de un agujero negro supermasivo en los centros de la Vía Láctea y de la galaxia M87, la continuidad de sus operaciones está en riesgo por falta de recursos.
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La suspensión del GTM, considerado el telescopio más grande del mundo, no solo pone en riesgo la continuidad de proyectos de ese nivel, sino también la formación de recursos humanos especializados en distintas áreas a nivel estatal y nacional.
De acuerdo con la comunidad del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), el 31 de agosto de 2024 expira el proyecto número 297324 del Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (FORDECYT), mismo que contempló 150 millones de pesos para la operación de este telescopio durante un periodo de 36 meses.
De no recibir una fuente de inversión tras el término de dicho proyecto y, por ende, su inminente suspensión de actividades, significaría un riesgo para cumplir los objetivos científicos, de desarrollo tecnológico y de apropiación pública de la ciencia de uno de los proyectos más importantes del país, advirtió a través la carta que dirigió el pasado 19 de marzo a María Elena Álvarez-Buylla, directora general del Conahcyt, registrada por el instituto con el folio CA/006/2024.
En el mismo documento advirtió que, de no resolverse la situación financiera del GTM, se impactará de forma negativa en las relaciones y compromisos internacionales adquiridos en el convenio binacional con el que surgió la construcción de este telescopio, el cual se realizó entre el INAOE en México y la Universidad de Massachusetts, de Estados Unidos, en noviembre de 1994.
GTM es el proyecto más importante del país
En marzo del 2009 el INAOE calificó a este telescopio como el proyecto científico más importante y ambicioso de la historia de México en el Plan Estratégico del GTM. Y así fue.
En ese mismo año, el instituto afirmó que, con un mínimo de inversión anual de aproximadamente 23 millones de dólares, el GTM posicionaría a México como un competidor sobresaliente y avanzado en el ámbito científico a nivel mundial.
Dos años más tarde, en 2011, este radiotelescopio ya había registrado sus primeros triunfos, toda vez que tuvo éxito en sus primeras observaciones y detectó, entre otros objetos, moléculas orgánicas que no se encuentran en la Tierra.
En el informe presentado en ese año, el INAOE también subrayó que el primer objeto observado por el GTM fue una galaxia de tipo Starburst relativamente cercana, llamada Messier 82 (M82), ubicada a una distancia de 12 millones de años luz de la Tierra.
“Es mucho más que el proyecto científico más ambicioso emprendido por la ciencia en México, y el principal esfuerzo de colaboración científica entre México y Estados Unidos. Desde su inicio, se estableció que su impacto debería llegar mucho más allá de la comunidad científica mexicana y mundial”, señaló el instituto.
A nivel nacional, este telescopio impulsó el desarrollo de laboratorios de microondas y otros tipos de tecnologías, como la medición y el maquinado de superficies con alta precisión, insistió el INAOE a través de la misma página.
Gracias a los resultados obtenidos en la última década, afirmó, el GTM posicionó a México como uno de los países con mayor contribución a la ciencia. Ejemplo de ello es que este telescopio, como miembro del experimento Event Horizont Telescope (EHT), ha recibido innumerables premios internacionales, entre los que destacan, tan solo los que fueron otorgados en 2020, el Breakthrouhg Prize in Fundamental Physics y la medalla Albert Einstein, el Bruno Rossi Prize, considerados los galardones más importantes en el ámbito científico a nivel mundial.
GTM realiza grandes aportaciones en Puebla
La posible suspensión de operaciones del GTM por falta de recursos supone una pérdida importante en la ciencia, ya que, incluso antes de ser construido, ya había realizado diversos beneficios.
Tan solo en el estado de Puebla, poco después de la firma del contrato binacional, en 1994, la búsqueda del sitio en el que sería construido demandó una serie de estudios meteorológicos que ayudaron a conocer la distribución de agua en el subsuelo en las regiones del estado.
Esto tuvo repercusiones positivas en el uso y aprovechamiento del agua en aquel entonces y marcó un precedente para el futuro.
No solo eso, de acuerdo con el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, el GTM motivó la extensión y divulgación científica, así como la formación de recursos humanos especializados en Puebla en distintas áreas (técnicos, ingenieros y científicos).